PARIS.- «Francia apoya a la Corte Penal Internacional, su independencia y la lucha contra la impunidad en todas las situaciones», escribió la diplomacia francesa en un comunicado sobre las órdenes de arresto solicitadas para el premier israelí, Benjamin Netanyahu, su ministro de Defensa, Yoav Gallant, y tres altos líderes de Hamás (Ismail Haniyeh, Mohammed Deif y Yahya Sinwar).
«Ya el 7 de octubre, Francia condenó las masacres antisemitas perpetradas por Hamás. Este grupo terrorista se ha atribuido la responsabilidad de ataques bárbaros contra civiles, acompañados de actos de tortura y violencia sexual que él mismo ha documentado, incluso transmitiéndolos y celebrándolos», prosigue el texto.
Sobre Israel, «Francia ha estado advirtiendo durante muchos meses sobre el imperativo del estricto respeto del derecho internacional humanitario y, en particular, sobre la naturaleza inaceptable de las víctimas civiles en la Franja de Gaza y el acceso humanitario insuficiente», agrega el comunicado, subrayando que una «solución política duradera» es la «única» vía para «restablecer un horizonte de paz».
«Como primer ministro de Israel, rechazo con disgusto la comparación del fiscal de La Haya entre Israel», un Estado «democrático» y «los asesinos de masas de Hamás», reaccionó en un comunicado Netanyahu, cuyo país no forma parte de la CPI. Previamente, su ministro de Relaciones Exteriores, Israel Katz, había calificado la solicitud del fiscal como una «decisión escandalosa» y una «vergüenza histórica». El presidente de Israel, Isaac Herzog, criticó el anuncio como un ejemplo de que «el sistema de justicia internacional está en peligro de colapsar».
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha defendido a Israel frente a la justicia internacional, al considerar «escandalosa» la solicitud de órdenes de arresto y asegurar que «Israel y Hamás no son equiparables de ninguna manera». El secretario de Estado, Antony Blinken, dijo que la medida del juez era «una vergüenza».
El jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, apuntó que todos los Estados miembros de la corte deben aplicar sus decisiones.
Sudáfrica, que presentó acusaciones de genocidio contra Israel ante la Corte Internacional de Justicia, se congratuló de la decisión de Khan y subrayó que «la ley debe ser aplicada de manera igual a todos».
En Francia, varios líderes de izquierda acogieron con beneplácito el anuncio de la CPI.