La próxima vez que vea al ingeniero responsable de la obra del Malecón de Nagua le diría que hablara menos e hiciera más. Y todo esto no lo afirmaría porque entendiera que la obra está detenida, que no lo está, pero sí porque más allá de los deseos que todos tenemos de ver ese Malecón de Nagua inaugurado, están las tantas promesas incumplidas en torno a una obra que, si se analiza su histórico de promesas, es el vivo ejemplo de que, en materia de cumplimiento de la palabra empeñada, pocos tienen que mostrarle a un pueblo que cada día tiene mucho más hambre de ver, escuchar y leer de gente que sepa respetar su palabra.
En unos días estaremos celebrándole un año a una nueva promesa incumplida en torno a una obra que, de alguna forma, terminará siendo el buque insignia de los que ahora gobiernan, sobre todo para un territorio que, en obras de la magnitud de esta, estuvo huérfana durante mucho tiempo.
Yo sé que en los próximos días “El hombre volverá”, y estoy más que convencido de que el dueño del canal de las más exitosas comedias, hoy ingeniero encargado de dicha obra, volverá a pisar estas tierras bendecidas por Dios, y, para ese entonces, solo espero que, las promesas sean pocas, las explicaciones muchas y las fechas fatales para entrega de esa esperada infraestructura se dé, acompañada esta de un sin numero de disposiciones que, de incumplirse, tendrán que ser asumidas por quienes ejecutan una obra que el pueblo espera, prometió el presidente y es urgente para los nagüeros y nagüeras .
El malecón de Nagua no es un capricho de los que aquí vivimos, su construcción no es una demanda irracional de los que nos preocupa el presente y futuro de una tierra que día por día la va devorando la brava mar que nos bordea, el malecón de Nagua es una obra necesaria que no solo salvará a Nagua, sino que, de forma importante, impactará en su desarrollo económico y social, y esto lo convierte en una obra mucho más que necesaria.
Hay que pasar de las palabras a los hechos. Los ingenieros encargados de esta obra deben comprender eso. La excusa de la dejadez de los que ayer gobernaron ya pasó de ser un recurso “usable” a condición de desechable, lo único que importa ahora es que, quienes tienen que ver con la construcción de la misma, cumplan con lo establecido en su contrato de trabajo, cumplan con el pueblo de Nagua y con la palabra empeñada del presidente Luis Abinader, con ese mismo pueblo que ansioso espera por la entrega de esta importante obra.
¡Ni un día más!
Por Amaury Reyna.