A principio de año el presidente Luis Abinader visitó la Ciudad Colonial acompañado de funcionarios, incluyendo la alcaldesa del Distrito Nacional y representantes del Clúster Turístico de eza zona.
El mandatario aprovechó la visita para anunciar la puesta en marcha de la segunda parte de la revitalización del antiguo casco urbano de Santo Domingo, financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo con un préstamo de US$ 90 millones.
Desde entonces poca cosa se ha hecho.
Como cronista gráfico de la vieja ciudad y ciudadano nacido y crecido bajo la sombra de sus murallas, observo con alegría como, independientemente de la dejadez y el descuido de las citadas autoridades, la Zona Colonial se ha convertido en el primer centro de sana recreación, seguridad y cultura del país.
Al que dude de esta afirmación lo invito a que visite después del mediodía, preferiblemente de viernes a domingo, la calle El Conde, la Meriño, la Isabel Católica, la Plaza España, el Parque Colón, la Calle Hostos, la Luperón y otras vías aledañas a estos lugares donde se concentran miles de citadinos y turistas a disfrutar de este ambiente recomendado para la salud mental y espiritual.
O a que realice un paseíto, los domingos, después de la 5 de la tarde, por la ruina del Monasterio de San Francisco de Asís, para que vean un pueblo loco de alegría bailando a ritmo de la Agrupación Músico Cultural Bonyé.