Pekín destaca su apoyo a las negociaciones como vía para una solución política al conflicto, mientras Moscú y Kiev vuelven a la mesa tras dos años sin encuentros directos.
Pekín.- El Gobierno chino celebró este jueves la reactivación del diálogo directo entre Rusia y Ucrania, cuyas delegaciones tienen previsto reunirse este viernes en la ciudad turca de Estambul, marcando un nuevo intento por encontrar una salida negociada al conflicto armado que se extiende desde febrero de 2022.
Durante una rueda de prensa, el portavoz del Ministerio de Exteriores de China, Lin Jian, expresó el respaldo de Pekín a lo que definió como “todos los esfuerzos que reflejen el compromiso de las partes con la paz”, subrayando la necesidad de un “diálogo exhaustivo” que permita alcanzar una “solución política final a la crisis ucraniana”.
“Esperamos que las partes relevantes sigan adelante hasta lograr una paz justa, duradera y comprometida mediante un acuerdo de paz”, señaló Lin, al tiempo que valoró positivamente la disposición de ambas partes a sentarse nuevamente en la mesa de negociaciones, tras más de dos años sin encuentros cara a cara.
Tensión diplomática en vísperas del encuentro
La nueva ronda de conversaciones, que tendrá lugar nuevamente en Estambul como ocurrió en marzo de 2022, se desarrolla en medio de tensiones y escepticismo.
El presidente ruso, Vladimir Putin, anunció el miércoles que no asistirá al encuentro, optando por enviar una delegación encabezada por su asesor presidencial Vladimir Medinski.
Por su parte, el mandatario ucraniano, Volodimir Zelenski, que inicialmente viajó a Turquía, decidió finalmente no participar directamente, delegando la representación en su ministro de Defensa, Rustem Umerov.
Zelenski calificó como “una farsa” la composición del equipo negociador ruso, cuestionando el compromiso real del Kremlin con la paz. No obstante, desde Moscú insistieron en que Rusia “está comprometida con los intentos de lograr una paz duradera”, reiterando su disposición al diálogo.
El retorno de las negociaciones es observado con atención por la comunidad internacional, especialmente tras el estancamiento del conflicto en el frente de batalla y las crecientes presiones sobre ambas partes para reducir la violencia y avanzar hacia un posible acuerdo que ponga fin a la guerra.