SANTIAGO.- El ministro de Educación, Andrés Navarro, y la presidenta de la Fundación Red de Misericordia, Olga María Noboa Fernández, rubricaron un convenio de cooperación interinstitucional, dirigido a trabajar políticas educativas y de desarrollo para la protección conjunta de los derechos fundamentales de los niños, niñas y adolescentes en condiciones de vulnerabilidad y exclusión social en esta provincia del Cibao.
Durante la firma del convenio, Navarro sostuvo que un Estado fuerte es aquel capaz de abrirse para que la ciudadanía se incorpore a sus programas y proyectos, “pero también aquel que es capaz de tener la humildad y la bondad de integrarse a las iniciativas de la sociedad, y aquí lo que estamos haciendo es el reconocimiento de esta extraordinaria experiencia”.
Destacó que la República Dominicana representa una sociedad con grandes retos para tener realmente un orden de justicia social, pero aseguró que conocer iniciativas de este tipo, le ratifica que “tenemos la gente, tenemos el potencial, tenemos la voluntad de lograr esa meta, y me parece que hoy nos están dando la oportunidad, al Estado dominicano, de apuntar cada vez más el esfuerzo que hay que hacer para alcanzar una sociedad de justicia”.
“Al conocer cómo, sin necesariamente tener el apoyo del Estado, voluntades, personas consagran sus vidas para salvar vidas, y eso genera mucha esperanza, porque quiere decir que en nuestra sociedad está el potencial de ir construyendo en la República Dominicana el país de esperanza, un país de oportunidades y también de generación de capacidades, para que nuestros niños y nuestros jóvenes puedan contar con todas las competencias para aprovechar las oportunidades y desarrollar su vida, la de su familia y también la de su país”.
Navarro dijo sentirse agradecido de tener la oportunidad como político dominicano y como funcionario público de “integrar al Estado a una iniciativa de esta comunidad, que yo se está muy inspirada en la fe, y con esta firma que procura establecer una relación con el Ministerio de Educación, doten a este gran centro de unas instalaciones educativas, con buenas condiciones favorable para los aprendizajes de nuestros niños. Y yo espero que sea el primer paso para que el Estado ya esté más presente, por lo menos en materia educativa”.
De su lado, Olga María Noboa Fernández destacó la ardua labor que realiza la fundación en beneficio de los niños en condiciones de vulnerabilidad de esta provincia. Agradeció a quienes colaboran con esta causa de amor y generosidad para hacer posible la realidad de albergar y ayudar a tantos niños.
Indicó que “todos unidos buscamos el bienestar de nuestro país”, al tiempo de informar que en siete años han servido a más de 600 niños, promoviendo su desarrollo integral e inserción en la sociedad.
Un acuerdo para salvar vidas
El acuerdo establece el compromiso del Ministerio de Educación en apoyar la gestión escolar con un sentido integral y público en el Centro Educativo Misericordia y Vida (CEMIVIDA) del nivel Primario, así como las iniciativas, programas y proyectos de desarrollo que promuevan mejores condiciones de vida para los infantes y los adolescentes que viven en zonas de alto nivel de vulnerabilidad.
Asimismo, el Ministerio dispondrá la construcción de un nuevo edificio que albergará la sede del plantel escolar CEMIVIDA, una edificación de 18 aulas que funcionará en la modalidad de Jornada Escolar Extendida, con laboratorios, áreas recreativas, oficinas administrativas equipadas, sala para profesores y otras facilidades, así como nombrar al personal docente, técnico y de apoyo.
Uno de los acápites del convenio explica que el “Ministerio de Educación apoyará a la fundación en el funcionamiento del centro educativo para la modalidad multigrado, lo que permitirá dar asistencia y educación integral a los niños, niñas y adolescentes recibidos desde la Procuraduría General de la República, con el objetivo de facilitar su rápida restauración e inserción a la sociedad”.
En tanto que el Ministerio de Educación reconocerá el derecho de la Fundación Red de Misericordia para realizar actividades educativas, recreativas y de formación integral durante los fines de semana, días festivos, en horarios no lectivos o de vacaciones, sin afectar las jornadas del calendario escolar.