Para muchos no fue una sorpresa el hecho de que el ex presidente del Partido de la Liberación Dominicana renunciara a su cargo y militancia en la organización política que ha gobernado los últimos años la nación. Ese hecho se veía venir desde hace mucho tiempo cuando ese sector habría definido como blanco abierto al actual presidente Danilo Medina y todo lo que él representase.
Ante la decisión del ex mandatario de marcharse, sus acólitos trabajaron en buscar una nueva casa a quien partía para así, abriendo tienda aparte, buscar trillar su camino y tratar de volver al Palacio Nacional, luego de haber gobernado durante 12 años, pero nunca pensaron en ese paso, que no contarían con el apoyo y consentimiento del líder de los Trabajadores Dominicanos, González Espinosa, quien se negó a ser parte de lo que el definió como “la muerte de su hijo”.
¡Y que bien por Espinosa! Su decisión nos alegra mucho, pues en una sociedad como la nuestra, los hombres de principios y valores deben ser colocados en el justo lugar donde con el tiempo la historia los terminará colocando, porque con su NO rotundo a los nuevos socios políticos del ex presidente Leonel Fernández, esos que adquirieron la mayoría de acciones de lo que una vez se llamó PTD, Él, González Espinosa, no estaría más que desagraviando a todos aquellos que dejaron en ese partido su juventud construyendo eso que fue un instrumento de la clase trabajadora dominicana y que de seguro ahora se sienten indignados con los que nunca contribuyeron con ellos y que en muchos casos, hasta espalda le dieron como agradecimiento por haberles apoyado en coyunturas electorales en las que, esos leonelistas encabezaron proyectos electorales.
González Espinosa, el líder del PTD, con su NO rotundo no ha hecho más que defender el honor de su gente y defenderlos de aquellos que quieren apropiarse del trabajo de la juventud que dejó sus años y su sudor allí, los ha defendido de esos que quieren apoderarse hasta sus utopías.
Como siempre hemos dicho, y esta es una muestra fehaciente de ello, la historia de los grandes, incluyendo a los políticos, no es como comienzan, sino como terminan, porque Gonzáles Espinosa hoy muestra su dignidad y su decoro, porque un Partido puede ser pequeño o la expresión de una minoría, para muchos “insignificante”, pero aceptar se tratado como una franquicia, una caja vacía de historia, valores, programas, ideas y llegar a entregarlo como una herramienta de la coyuntura, como una simple azada, un machete o un cuchillo, eso es verdaderamente triste.
¡Grande González Espinosa, inmenso, como su legado histórico!
Amaury Reyna Liberato.