Cabrera, María Trinidad Sánchez. – El clamor desesperado de una comunidad con sus vías olvidadas resonó en la mañana de este lunes, cuando representantes de organizaciones del transporte de los municipios de Río San Juan y Cabrera tomaron las calles en una protesta pacífica, pero cargada de indignación y exigencias.
La causa de su furia: la deplorable condición de la autopista que une a Nagua, Cabrera y Río San Juan, un tramo vial que ha sido bautizado por los locales como «La Autopista del Terror». Con un tono desafiante, los manifestantes lanzaron un ultimátum al gobierno, advirtiendo que, si no se actúa de inmediato, se verán obligados a intensificar sus medidas, llevando su lucha a las calles.
Pero la protesta no estuvo sola. Los alcaldes de Río San Juan y Cabrera, en un inusual gesto de unidad, se sumaron a la voz de sus comunidades, demostrando que el descontento es compartido desde las bases hasta las altas esferas municipales.
La autopista en cuestión no solo es vital para la conexión interna entre estos municipios, sino que también es una arteria clave que enlaza las provincias turísticas de Puerto Plata y Samaná.
«El peligro es evidente: cientos de vehículos se ven obligados a transitar diariamente por esta trampa mortal, exponiéndose a accidentes que podrían convertirse en tragedias», contaban los manifestantes, al tiempo que lanzaban preguntas como «¿Hasta cuándo el gobierno ignorará este grito desesperado? ¿Cuántas vidas más deben ser puestas en riesgo antes de que se tome acción?»
Los manifestantes exigen que el gobierno actúe de inmediato para reparar la vía, advirtiendo que la vida de miles de dominicanos y turistas está en juego.