Nagua sigue esperando la institución que por ley debe impulsar la industria cocalera nacional
Del 21 al 25 de mayo, Nagua celebrará una nueva edición del Festival Nacional del Coco, una festividad que ha trascendido el plano cultural para convertirse en símbolo de identidad territorial, motor turístico y expresión de una de las principales vocaciones productivas de la provincia María Trinidad Sánchez.
Sin embargo, el auge del evento contrasta con el estancamiento institucional de uno de los proyectos más ambiciosos para el desarrollo del sector cocalero, el Instituto Nacional del Coco (INACOCO), aprobado por ley en 2022, pero que aún no ha sido implementado.
INACOCO: promesa legislativa, deuda institucional
El Instituto Nacional del Coco sancionada por la Cámara de Diputados en enero de 2022, pero que perimión en el Senado de la República, tiene el propósito de coordinar, fomentar, regular y fortalecer toda la cadena de valor del coco en la República Dominicana.
En el marco legal del proyecto de ley se detalla que el INACOCO podrá contar con oficinas en otras regiones productoras del país, pero será desde María Trinidad Sánchez donde se definirá la política nacional del coco, en coordinación con el Estado, los productores, los exportadores y otros actores del sector agroindustrial.
La aprobació del instituto en la Cámara de Diputados fue celebrada en su momento como un paso clave para el desarrollo rural, la seguridad alimentaria, la innovación agrícola y la generación de empleos en zonas costeras. No obstante, tres años después de su aprobación y luego de permiri en el Senado, el sueño de ver la entidad operando, y su puesta en marcha, permanece estancada por la falta de aprobación definitiva.
La República Dominicana cuenta con condiciones agroclimáticas excepcionales para el cultivo del coco, con zonas altamente productivas en las provincias María Trinidad Sánchez, Samaná, El Seibo, La Altagracia y otras localidades del Este y Nordeste del país. Sin embargo, a pesar de esta riqueza natural, la producción nacional no ha logrado suplir la demanda interna, lo que ha generado dependencia de las importaciones de coco seco y sus derivados desde mercados como India, Indonesia y Filipinas.
Según datos ofrecidos por el FEDA y el propio Ministerio de Agricultura, la producción de coco ha descendido en las últimas dos décadas, debido a factores como plagas, falta de financiamiento, envejecimiento de las plantaciones y ausencia de asistencia técnica especializada. En contraste, la demanda por productos derivados del coco —aceites, agua embotellada, harinas, cosméticos, entre otros— ha crecido exponencialmente tanto en el mercado nacional como internacional.
El INACOCO surge en respuesta a estas debilidades estructurales del sector. Su diseño institucional plantea la creación de un Consejo Directivo que incluiría representación de los ministerios de Agricultura, Medio Ambiente, Economía, así como representantes de asociaciones de productores, exportadores y técnicos especializados. Su misión sería fomentar la investigación, apoyar la tecnificación, impulsar campañas de reforestación, facilitar el acceso a créditos e incentivar la industrialización y exportación del fruto.
Desafíos pendientes y retrasos institucionales
El artículo 15 del proyecto de ley que crea el INACOCO establece que sus fondos deberán estar consignados en el Presupuesto General del Estado. Sin embargo, no solo su aprobación ha quedado en el aire, sino que dentro del debate que surgió a partir de la misma, no se identificó ninguna partida específica en las leyes de gasto público que permitiera su ejecución operativa. Tampoco se ha conocido propuesta de reglamento interno ni visto la posibilidad de que sea designada una autoridad ejecutiva al frente del instituto, tras su aprobación, lo que ha dejado este sueño en un estado de misión imposible.
Diversas voces del sector agropecuario, así como legisladores de la zona Nordeste, han expresado en reiteradas ocasiones su preocupación por la falta de voluntad política para implementar lo establecido en el proyecto de ley. En septiembre de 2023, el entonces diputado Napoleón López, impulsor del proyecto, advirtió que el país está perdiendo oportunidades de inversión e industrialización del coco, y pidió al senado su aprobaciónn y posteriormente al Poder Ejecutivo ejecutar los pasos administrativos que permitirían dar vida real al INACOCO.
El Festival del Coco: vitrina y altavoz de una causa justa
Este contexto convierte al Festival Nacional del Coco no solo en un evento cultural, sino en una plataforma de incidencia. Desde su nacimiento, el festival ha promovido la integración de los sectores productivos, la artesanía derivada del coco, la gastronomía regional, el turismo sostenible y la cultura popular.
Pero más allá del colorido y la música, el festival también representa un espacio oportuno para renovar el reclamo por la materialización del INACOCO. Productores, líderes comunitarios, académicos, representantes gubernamentales y visitantes coinciden en que urge una política nacional articulada que promueva el desarrollo integral del coco como renglón agroindustrial.
A través de conferencias técnicas, exposiciones, foros y ruedas de negocios, esta nueva edición del festival podría ser el punto de partida para reactivar el debate sobre el rol del Estado en la promoción de este cultivo.
La institucionalización del INACOCO no debe seguir aplazándose, se trata de una deuda con los productores, con las comunidades rurales y con la economía del futuro, porque aprobar el proyecto de Ley que crea el INACOCO y ponerlo en marcha, permitiría, entre otros objetivos promover una renovación masiva de las plantaciones con variedades de alto rendimiento, onsolidar un plan nacional de capacitación técnica a agricultores, establecer alianzas internacionales para exportación y transferencia de tecnología, posicionar a República Dominicana como un país líder en productos derivados del coco y generar empleos rurales de calidad, frenando la migración y reduciendo la pobreza.
Al final de cuentas, el coco puede convertirse en un eje de desarrollo sostenible y competitividad para la República Dominicana. Pero eso no será posible sin instituciones funcionales, visión de largo plazo y voluntad política para implementar lo ya aprobado.
Mientras tanto, en Nagua, el pueblo celebra su fruto más emblemático, sin dejar de mirar al horizonte esperando que el INACOCO deje de ser solo una promesa.
Por, Amaury Reyna Liberato, director de Elnaguero.com