Un 25 de septiembre de 1963, fue derrocado el presidente constitucional de la República Dominicana, Juan Emilio Bosch Gaviño. Ese fatídico golpe de Estado truncó el primer ensayo democrático del país en el siglo XX; privando al pueblo dominicano de seguir disfrutando del gobierno más ético, transparente, pulcro, progresista y visionario de toda la historia republicana que, en tan solo 210 días de gobierno, saneó la economía, modificó la constitución para viabilizar la implementación de los grandes proyectos de desarrollo, garantizar la democracia y las libertades públicas, entre otros grandes logros.
El presidente Bosch ganó las elecciones del 20 de diciembre de 1962, con el 59.53% de los votos válidos emitidos; superando por más de 29 puntos porcentuales (29.45) a Viriato Alberto Fiallo Rodríguez, quien quedó en segundo lugar, con 30.08%.
La juramentación de Bosch y su vicepresidente, Segundo Armando González Tamayo, se efectuó el 27 de febrero de 1963. Sobre el golpe de estado, éste se produjo por intereses económicos de los grupos de derecha, quienes le temían a la democracia y al gobierno liberal y progresista que había iniciado Juan Bosch. Por esas razones, con la excusa del comunismo, se unieron los que orquestaron el golpe: Los empresarios conservadores, un sector de las Fuerzas Armadas, un sector de la iglesia católica y, obviamente, el apoyo del gobierno de Los Estados Unidos, encabezado por el presidente John Fitzgerald Kennedy.
Por: Dionicio Hernandez Leonardo, profesor universitario