Una crisis de reputación la puede vivir cualquiera, la diferencia estará, en qué tan preparado se encuentre la marca para hacer frente a esa crisis. Hoy en día, en la sociedad del Like y el share, se publican cosas y nos hacemos eco de otras sin pensar en el daño o no que pudiéramos estar causando, y no solo a una marca en particular, sino a la #MarcaCiudad que se pretende construir.
Desde hace más de 24 horas el Hotel Sinaí de Nagua, el más emblemático de la ciudad, se encuentra en medio de un huracán de críticas y mensajes de apoyo en torno a una denuncia que hace una extranjera sobre sus instalaciones, todo esto sin que aún, los propietarios o representantes del Hotel hayan tenido la oportunidad de expresar su posición sobre el tema.
¿Cierto o verdad? No es un tema que nos toque a nosotros establecer, sino a quienes tienen la responsabilidad de investigar el hecho que mantiene enfrentados a un cliente, una empleada y los propietarios del establecimiento.
Lo cierto es que, como enseñanza, esta situación pone de relieve la necesidad que tienen las marcas de contar con personas capacitadas que les ayude a gestionar su imagen pública y a tener planes preventivos y de respuestas a crisis reputacionales como la que vive hoy el Hotel Sinaí.
¿Afectamos solo el Sinaí cuando compartimos estas cosas? ¡No! Como nagüeros también estamos llamados a ser cuidadosos con estas cosas, puesto que, al final del camino, no sólo se afecta la imagen de un hotel con un hecho que ni siquiera se confirma, sino que también sacrificamos la imagen de la ciudad que procuramos ver desarrollada en el menor de los tiempos.
Finalmente solo diré, a propósito del silencio de los dueños del Sinaí, qué hay crisis reputacionales en los que el silencio es el peor recurso. Las respuestas son necesarias… las marcas se cuidan con en el mismo empeño y dedicación con que se cuidan los hijos.
Por: Amaury Reyna
Jefe de redacción del naguero.com