Asombra lo que vemos, la xenofobia y el racismo ha alcanzado niveles inimaginables en el país, la tolerancia cada vez más ausente y el odio latente. Hasta hace unos días yo era de los que luchaba y discutía con todo aquel que decía que los dominicanos éramos racistas. Los cuestionaba por tan aberrantes comentarios y les preguntaba si acaso conocían nuestra historia y el porqué de nuestra lucha contra la invasión haitiana. En momentos, con quienes debatíamos, hasta ofrecía datos de la ocupación de 1822 y sobre los 22 años que Haití gobernó toda la isla.
Al parecer todo esto se ha olvidado y hoy enmascaramos nuestro racismo con un supuesto nacionalismo, que por demás es erróneo, arcaico e injustificado.
Una desalmada mató un niño en España, desalmada que casualmente resultó ser dominicana; igual pudo ser española, peruana, rusa o haitiana. Una nacionalidad no define tu raciocinio, ni tu forma de actuar. Un xenófobo difundió en las redes sociales una macabra y malintencionada información de que supuestamente esa asesina no era dominicana, era haitiana. Inmediatamente volvió ese patriotismo nacionalista impetuoso, ese que solo nos sale desde el alma contra los haitianos, que nunca a flote sale cuando el extranjero haitiano no es.
Y es que, a raíz de lo antes expuesto, una joven de mi Facebook escribió que solo una haitiana podría cometer un acto tan cruel. Entonces, reflexioné un momento y me pregunté… ¿Tan rápido olvidamos el dominicano que acaba de asesinar y violar a una madre y sus tres hijos? Y el caso de Emely Peguero, una pobre niña embarazada asesinada de la peor manera. ¿Recuerdan aquella niñera dominicana de Nueva York que mató a dos niños?
Podría citar 100 ejemplos más de dominicanos desalmados que han realizado algún nefasto crimen. Y es que estos hechos no nos definen como nación, porque como todo, en la viña del señor hay gente buena y gente mala, se da en todas partes del mundo.
Usted que me lee, deténgase un momento a pensar sobre el siguiente hecho… ¿Cómo nos sentiríamos nosotros si vemos nuestros hermanos dominicanos pasar por la misma situación en lugares como Níjar o en Nueva York y que en dichos lugares nos ofrezcan un plazo de 24 horas para dejar el territorio? ¿Cómo te sentirías?
Yo no soy pro haitiano, al contrario, abogo por el cese de esa invasión pacifica que cada día se sale más de control. Los culpables no son los haitianos, los culpables son nuestros actuales gobernantes que no se han empantalonados y están más pendientes de quien gana sin trabajar, que de los miles que siguen cruzando la frontera de manera ilegal.
Cuando decían: “esa asesina no es dominicana, ella tiene cara de haitiana”; me remonté a los años 2009-2010. Yo vivía en una pequeña ciudad llamada Arcata al norte del estado de California en los Estados Unidos. Una ciudad donde el 90% eran blancos americanos, 6% afroamericanos y 4% mexicanos. De ese 90% más de la mitad era racista y para todos ellos yo era mexicano. No importaba que estaba estudiando en la universidad, no importaba que estaba legalmente en ese país, solo les importaba que era “color marrón” y todos los brown éramos unos “fucking mexicans”.
Y es que quizás, solo cuando ustedes y/0 los que me leen y de alguna manera tuvieron un pensar parecido a quienes provocaron este artículo de hoy vivan esas malas experiencias que pude vivir yo, y a la vez pasar las humillaciones e indignaciones como las que vimos estas últimas 24 horas contra los haitianos, entonces entenderán porque yo y unos más estamos en contra de su lucha irracional antihaitiana y pésimamente elaborada, aunque conscientes de que es necesario que toda migración sea regulada.
Carlos Machuca
Jefe de redacción, Naguero.com