No sé si será que estos tiempos son muy avanzados para nuestra mentalidad o quizás sea que quienes han asumido la responsabilidad de dirigir algunos estamentos del Estado estarán más avanzados en mentalidad que la sociedad misma, pues a todos luces, están poniendo en marcha iniciativas que en nada van a ayudar a mejorar inclusive, la actitud que muestran muchos de nuestros adolescentes y jóvenes y no solo en el hogar, sino también en lo que respecta al comportamiento que estos exhiben en nuestras calles.
Recientemente, la Junta Central Electoral ha emitido la resolución 74-2020 mediante la cual autoriza la expedición de Cédulas de Identidad a todas las personas menores de edad a partir de los 12 años.
Y es que , aunque la propia resolución establece que “la expedición de una cédula de identidad a menores que hayan cumplido los doce años, no es más que un documento único para la identificación del mismo”, y que “bajo ningún concepto habilita al menor de edad la capacidad legal para actuar a nombre propio, ni vulnera ni hace desaparecer la Autoridad Parental de los padres sobre sus hijos o hijas menores de edad”, no menos cierto es que, la entrega de un documento de este tipo, viene a seguir alimentando el ego, los aires de grandeza que les da al adolescente el sentir que están creciendo, alimentando a su vez las inconductas de aquellos que, a pesar de su corta edad, no tienen respeto por quienes les procrearon y en las calles deambulan cual mayor de edad que se cree que al mundo se lo puede llevar por delante.
¿Habrá consultado la JCE al gremio de los Psicólogos, Psiquiatras, Sociólogos, entre otros profesionales de la salud y estudiosos de la conducta humana antes de tomar una decisión de este tipo?
Si bien es cierto que los miembros del Pleno de la Junta Central Electoral no están en la obligación de hacerlo, no menos cierto es que, en países como el nuestro, en donde respetar un toque de queda y hasta una cuarentena que lo único que busca es proteger la vida de a quien se le ha regulado su salida de casa, es decir a usted mismo, se ha hecho casi imposible, el impacto en la actitud de nuestros adolescentes que generará la entrega de un documento parecido al que tienen papá y mamá, aunque no le genere los mismos derechos, será grande y negativo. Y es que, a nuestro juicio, era necesario conocer primero el impacto psicológico del mismo, sobre todo en un segmento poblacional que está jugando a ser padre y madre en casa y en las calles adultos, sin que la propia familia pueda lidiar con ello y corregir su inconducta y atacar la raíz el problema que genera este mal comportamiento.
Otro de los puntos que llama basta la atención en esta resolución, es que se ha establecido además que, excepcionalmente, se entregará su plástico a las niñas menores de 12 años en estado de gestación o madres menores de edad, a los fines de que el nacimiento de los hijos e hijas de estas puedan ser debidamente inscritos en el Registro Civil, una acción que, a nuestro juicio, no es más que una indirecta aprobación a relaciones entre niñas-adultos y al matrimonio infantil en República Dominicana, toda vez que dicha disposición está reconociendo un derecho a una menor y una criatura por nacer, sin siquiera haberse realizado una investigación sobre un hecho violatorio a disposiciones legales actuales y que solo el resultado de una investigación a esta violación y las disposiciones legales que se viertan a partir de la misma, deben dar al traste con el reconocimiento de los derechos de alguna de las partes, en este caso, el niño o niña que habría de nacer como resultado de una relación que nunca debió ser.
¿Que lo aprobado por la Junta Central está estipulado en la Ley 15-19, sobre el Régimen Electoral entre sus artículos 70-74? ¡Bien gracias! Nadie ha afirmado que nuestros legisladores son perfectos y en muchas ocasiones hemos cuestionado el resultado de sus trabajos, y este caso no será la excepción.
Trabajar por una mejor República Dominicana es una responsabilidad de todos y todas, ello también implica que nos abramos como institución a escuchar las opiniones de profesionales de todas las áreas para que las políticas públicas que habrán de ser puestas en marcha en favor de la población y las disposiciones que regirán y normarán nuestras vidas vayan en la dirección correcta y ayuden a cumplir el propósito de hacer que nuestra sociedad sea cada vez mejor.
Las actas de nacimiento deben seguir teniendo el valor que desde hace décadas tienen, ese es el documento de identidad que se otorga a nuestros hijos y debe mantenerse como tal, en lugar de crear nuevos documentos que a lo único que beneficiarán será a las arcas y registros de ingresos económicos a la Junta Central Electoral y quizás aumentar las inconductas que por inmadurez presentan muchos de nuestros adolescentes en estos días.
La Junta debe rectificar.
Roberto Amaury Reyna Liberato
Director del Naguero.com