El presidente Trump declara zona de desastre mayor en el condado de Kerr ante la magnitud de la tragedia.
KERRVILLE, TEXAS. – Al menos 69 personas, entre ellas 21 niños, han muerto tras las devastadoras inundaciones que azotaron el centro de Texas durante el fin de semana festivo por el Día de la Independencia. La tragedia mantiene en vilo a familiares y rescatistas, quienes continúan la búsqueda de 11 niñas del campamento de verano Camp Mystic, desaparecidas tras la súbita crecida del río Guadalupe.
El presidente Donald Trump declaró zona de desastre mayor para el condado de Kerr, habilitando el despliegue de fondos federales, equipos especializados y personal de emergencia para apoyar las labores de búsqueda y recuperación.
“Estas familias están sufriendo una tragedia inimaginable. Nuestros valientes socorristas están en el lugar haciendo lo que mejor saben hacer”, expresó el mandatario en un comunicado.
Una emergencia sin precedentes
Dalton Rice, administrador de la ciudad de Kerrville, informó que al menos 27 personas —entre niñas y monitoras del campamento— fueron reportadas como desaparecidas inicialmente, tras el desbordamiento del río. Hasta el momento, 11 niñas siguen sin ser localizadas.
El juez del condado de Kerr, Rob Kelly, describió la situación como “un golpe devastador” y destacó el esfuerzo de los equipos de rescate, que han salvado a cerca de 900 personas, muchas de las cuales se aferraron a árboles y tejados para evitar ser arrastradas por las aguas.
Videos difundidos en redes sociales muestran la magnitud del desastre: viviendas arrasadas, escombros apilados a orillas del río y ciudadanos siendo rescatados en cadenas humanas.
Lluvias torrenciales y fallos en la alerta temprana
El Servicio Meteorológico Nacional (NWS) advirtió sobre el riesgo de nuevas lluvias intensas y posibles inundaciones repentinas en la región.
Durante el fin de semana, la zona recibió más de 30 centímetros de precipitaciones, la mitad del promedio anual de la región, provocando el desbordamiento de los ríos Guadalupe y Llano.
“El caudal del río Guadalupe se elevó de dos metros a casi nueve en cuestión de horas. Nadie lo vio venir”, lamentó Bob Fogarty, meteorólogo del NWS.
Dalton Rice reconoció que la falta de tiempo para emitir órdenes de evacuación fue un factor crítico, ya que las aguas subieron por encima del nivel de inundación mayor en menos de dos horas.
Impacto en plena celebración nacional
El vicegobernador de Texas, Dan Patrick, recordó que miles de visitantes habían llegado a la zona para las celebraciones del 4 de julio, muchos de los cuales se encontraban en campamentos, casas alquiladas y áreas recreativas a orillas del río.
“Desconocemos cuántas personas más podrían estar desaparecidas. La magnitud de esta tragedia es enorme”, señaló Patrick en declaraciones a Fox News.
El gobernador Greg Abbott solicitó al presidente Trump la declaración de desastre mayor, la cual fue aprobada rápidamente para garantizar apoyo federal.
Una tragedia que revive recuerdos
La situación evoca la inundación de 1987 en el río Guadalupe, en la que 10 adolescentes murieron al intentar escapar de un campamento inundado.
Hoy, casi cuatro décadas después, la historia parece repetirse en el corazón de Texas Hill Country, una región conocida por su belleza natural y ahora escenario de una de las peores tragedias recientes.