El féretro del pontífice argentino ya reposa en la basílica vaticana, mientras romanos, peregrinos y turistas comparten historias personales de un papa que marcó su tiempo.
Ciudad del Vaticano.- Son días de duelo y recogimiento en Roma. La muerte del papa Francisco ha convertido a la capital italiana en el epicentro de un masivo homenaje popular que mezcla el pesar por su partida con el recuerdo de su legado humano y espiritual.
Mientras su cuerpo reposa en capilla ardiente en la Basílica de San Pedro, miles de personas acuden a despedirse del primer papa latinoamericano de la historia.
Desde primeras horas de este miércoles, el féretro fue trasladado desde la residencia de Santa Marta hasta el altar mayor de San Pedro, donde permanecerá hasta el viernes a las 7:00 de la noche.
A su paso, oraciones y llantos acompañaron el cortejo fúnebre que cruzó la abarrotada plaza vaticana, en medio de cánticos y silencio reverente.
Últimos recuerdos de un papa cercano
Entre la multitud se encontraba Josefina, una joven argentina que había asistido a la misa de Pascua sin imaginar que sería la última aparición pública de su compatriota.
“No se le veía bien, tenía la mirada fija. Fue una imagen agridulce. Lo vi, pero lo vi mal”, relata emocionada mientras recuerda el momento en que gritó “¡Francisco, Argentina!” y recibió una mirada que atesora en vídeo.
Pilar, una zaragozana que lleva dos décadas viviendo en Italia, compartía con su madre por teléfono los detalles del ambiente vivido en la plaza. Asegura que regresará al día siguiente con sus padres para rendir tributo a un papa que la marcó profundamente.
“Soy atea practicante, pero esta figura me ha tocado. Era una voz fundamental contra la injusticia”.
Voces del mundo se suman al tributo
La hermana Elisa Padilla Hernández, religiosa mexicana de las Clarisas del Santísimo Sacramento, asistió junto a sus compañeras en las primeras horas de la mañana. Para ella, la partida de Francisco representa un llamado a continuar su mensaje.
“Él nos enseñó que la iglesia es para todos, que debe abrir los brazos y seguir acogiendo”.
Incluso en los bares cercanos al Vaticano, camareros y residentes comparten historias personales con el pontífice. Arianna, procedente de Orvieto, viajó expresamente a Roma para despedirse.
“No soy turista, soy peregrina. Vine porque su figura me tocó”.
Un legado de puertas abiertas
Mientras avanza la fila hacia el interior de la basílica, se escuchan reflexiones sobre las luchas que abrazó Francisco: la inclusión, la misericordia, los derechos de la comunidad LGTBI, la pobreza y la paz.
“Él hablaba de una iglesia con las puertas abiertas, para todos y todas”, dijo Josefina.
Pilar también desea que su sucesor continúe ese camino.
“Espero que el próximo papa mantenga esa voz que denuncia desigualdades. Eso es lo que más deseo. Porque de la iglesia, como atea, no espero más”.
El funeral del papa Francisco está previsto para este sábado, y se celebrará en la Basílica de Santa María la Mayor, en cumplimiento de su voluntad. Hasta entonces, Roma seguirá abrazando su recuerdo con gratitud y lágrimas.