Esta semana se dio a conocer que la Cámara de Diputados habría aprobado un proyecto de Ley de Alimentación y Nutrición Escolar, una iniciativa orientada a mejorar la calidad alimenticia que es ofertada a los alumnos en el país y que, entre otros aspectos, prohíbe que, en las cafeterías de dichos centros, vendan refrescos y alimentos ultra procesados, con alto contenido de azúcares o sodio, en fin, productos «que no sean saludables para la niñez».
Y es que su aprobación, es un paso significativo hacia la protección del bienestar de nuestros infantes, adolescentes y jóvenes. Porque esta medida no solo busca mejorar la salud física de los estudiantes, sino también inculcar hábitos alimenticios saludables desde una edad temprana.
La pieza congresual, que es autoría de la diputada Nelsa Soraya Suárez, también establece que los alimentos que consuman los niños en las escuelas deben ser preparados en los mismos centros educativos, por lo que las autoridades deberán proveer las instalaciones físicas necesarias para cumplir con lo que establece esta ley.
Esto último nos recuerda que, el 21 de junio del 2023, fue anunciado al país, el inicio, de manera formal, del programa de Huertos Escolares. Espacios que podrían servir como una fuente directa de alimentos frescos y saludables, además de ser una herramienta educativa valiosa, en donde los estudiantes pueden participar en el proceso de cultivo, cosecha y hasta preparación de los alimentos, lo que les proporcionaría una comprensión práctica de la nutrición y la sostenibilidad.
Además, la integración de estos huertos en el currículo escolar podría fomentar un sentido de responsabilidad y conexión con la naturaleza, mientras que se les enseña habilidades prácticas y conocimientos sobre la agricultura y la alimentación saludable.
En resumen, esta ley no solo prohibiría lo perjudicial, sino que también abriría una puerta a una educación alimentaria integral que beneficiaría las generaciones futuras.
Democratizar los Huertos Escolares e implementarlos en cada plantel escolar público y privado del país, podría, inclusive, transformar positivamente la cultura alimentaria en nuestras escuelas, promoviendo una vida más saludable y consciente para nuestros jóvenes.
Pero, ¿se estará invirtiendo lo necesario en este programa? ¿contará con el apoyo real y efectivo de las autoridades que estarían llamadas a implementarlo? Ante el evidente fracaso del desayuno y almuerzo escolar ¡Las urgentes respuestas son necesarias!
En cuanto a lo que respecta a la cámara baja del país, solo me restaría decir ¡Por fin diputados, por fin un paso importante! Porque cuando hacemos un huerto en una escuela, estamos enviando un mensaje importante a la juventud, de que no habrá vida sino hay alimento, al tiempo que estamos enseñándoles a producir desde muy temprano.
¡Enhorabuena! Si en la escuela van a consumir alimentos, lo justo es que se les provea el que es correcto para su desarrollo ¡Enhorabuena, reitero!
Por Amaury Reyna, residente en El Factor, María Trinidad Sánchez. Conductor del programa Al FIlo, por VTV Canal 32 y En la línea de fuego, espacio radial de URBAN 101.7 FM (Nagua)