EFE, Un niño palestino murió este martes por una herida de bala después de haber sido disparado por un agente de frontera israelí en el campamento de refugiados de Shuafat, a las afueras de Jerusalén Este, confirmaron fuentes policiales y gubernamentales, estas últimas celebrando su muerte.
«Esta tarde se produjeron disturbios violentos en el campamento de Shuafat, que incluyeron el lanzamiento de cócteles molotov y fuegos artificiales de forma directa hacia las fuerzas de seguridad», detalló un comunicado policial, que confirmó un «sospechoso» herido de bala tras, supuestamente, haber disparado fuegos artificiales «contra los agentes».
El niño palestino, de tan solo 13 años, falleció poco después por sus heridas, según el diario israelí liberal Haaretz, que dice que los fuegos artificiales «no pusieron en peligro» a los policías.
Por su parte, el colono y ultraderechista ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, felicitó al «combatiente» del cuerpo policial por haber matado «al terrorista que intentó disparar fuegos artificiales contra él y sus fuerzas», y dijo que es así como se debe actuar: «con determinación y precisión».
Ayer, otro palestino murió por disparos de soldados israelíes en Tulkarem, en el territorio palestino ocupado de Cisjordania, durante una operación militar de agentes israelíes encubiertos, denunció hoy la agencia de noticias palestina Wafa, en la que también mataron a un ciudadano jordano.
Tawfiq Aed Fawaz Hussein, de 25 años y residente de la ciudad jordana de Russeifa, estaba visitando a familiares cerca del campamento de Nur Sham, en Tulkarem, cuando fue herido en la pierna.
El Ministerio de Exteriores jordano, denunció hoy en un comunicado vía X, la muerte de Hussein «por las fuerzas de ocupación israelíes» que según aseguraron, «lo dejaron sangrando dentro de la ambulancia durante más de una hora y media antes de morir».
Cisjordania ocupada vive su mayor espiral de violencia desde la Segunda Intifada (2000-05), y en lo que va de 2024, al menos 96 palestinos han muerto por fuego israelí, la mayoría supuestos milicianos de facciones armadas, pero también civiles, entre ellos al menos 25 menores, según un recuento de EFE.
Ya 2023 fue el año más letal en dos décadas para los palestinos en Cisjordania, con más de 520 muertos, mientras que las incursiones militares solo se han intensificado desde el ataque de Hamás del pasado 7 octubre y la guerra en Gaza.
Del lado israelí, han muerto en 2024 nueve civiles en media decena de ataques perpetrados por palestinos, además de una soldado cuyo vehículo detonó un artefacto explosivo durante una redada militar en Yenín, norte de Cisjordania.