Puerto Príncipe, 7 ago (Prensa Latina) El primer ministro haitiano, Ariel Henry, condenó hoy el asesinato del exsenador Yvon Buissereth y llamó a la Policía a multiplicar sus esfuerzos para cazar a los grupos criminales que operan en el país.
Sus asesinos, junto con todos los demás criminales que están sembrando el dolor en el país, serán perseguidos hasta las últimas consecuencias y deberán responder por sus despreciables actos ante la ley, escribió en Twitter el jefe de Gobierno, al calificar el crimen como un acto de barbarie.
Buissereth quien también dirigía la Empresa Pública de Promoción de la Vivienda Social fue ultimado y quemado en su vehículo en el que viajaba con otra persona, confirmó el comisario de Gobierno de la capital, Jacques Lafontant.
El procurador precisó que se abrió una investigación para determinar a los responsables del crimen que deberán enfrentar la justicia.
Durante la tarde del sábado se reportaron disparos en la zona que constituye un paso alternativo hacia el sur del país, luego que las pandillas asumieron en control de Martissant área puente entre Puerto Príncipe y los cuatro departamentos meridionales.
El presidente del Senado, Joseph Lambert, lamentó los sucesos, envió condolencias a familiares y amigos, e insistió en que el crimen no puede quedar impune.
«Otro asqueroso asesinato que nos sigue sacando lágrimas. El Senado, el pueblo del sur del país y todos sus compañeros saben cuánto amaba a Haití», lamentó el legislador.
Haití lleva años sumida en una espiral de violencia que se agudizó tras el asesinato del presidente Jovenel Moïse ocurrido en julio de 2021 y mientras las bandas armadas tienen cada vez mayor control de amplias zonas de la capital.
Esta semana la Oficina Integrada de Naciones Unidas en Haití denunció que durante los enfrentamientos de pandillas en abril y mayo murieron al menos 188 personas, casi la mitad de ellas civiles no relacionados con las bandas.
El organismo también deploró que 471 personas fueron asesinadas, resultaron heridas o permanecen desaparecidas como consecuencia de la guerra de estos grupos del 8 al 17 de julio en Cité Soleil, el barrio pobre más grande del país.