ALEMANIA.- La guerra en Ucrania está dominando, como era de esperar, la agenda de la cumbre del G7, que se está llevando a cabo en Baviera, al sur de Alemania.
Al final de la primera jornada de reuniones, los líderes de las potencias mundiales acordaron la prohibición de la importación de oro ruso, que según el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, «genera decenas de miles de millones de dólares a Moscú».
El canciller alemán, Olaf Scholz, anfitrión de la cumbre, subrayó la necesidad de que el G7 asuma sus responsabilidades de forma conjunta en un mundo que se muestra cada vez más difícil.
«Todos los países del G7 están preocupados por las crisis a las que nos enfrentamos actualmente. El descenso de las tasas de crecimiento en algunos países, el aumento de la inflación, la escasez de materias primas y las interrupciones de la cadena de suministro no son retos menores a los que nos enfrentamos. Y por eso debemos asumir juntos nuestras responsabilidades», declaró Scholz.
Pero aparte de las discusiones sobre la guerra en curso, los líderes del Grupo de los Siete también anunciaron una iniciativa denominada «Colaboración por la Infraestructura Global y la Inversión», que pretende impulsar el desarrollo en países de ingresos bajos y medios, fortalecer la economía global y la cadena de suministros. Tendrá un valor de 600 000 millones de dólares y servirá para contrarrestar la influencia de China en el mundo.
«Estamos hoy aquí porque asumimos este compromiso juntos como G7 en coordinación con los demás para maximizar el impacto de nuestro trabajo. Colectivamente nos proponemos movilizar casi 600 000 millones de dólares del G7 para 2027», expresó por su parte el presidente Joe Biden.
Al margen de las conversaciones principales, también se están celebrando numerosas reuniones bilaterales, los líderes de India, Argentina y Sudáfrica figuran entre los demás países invitados a participar en los debates. Este lunes se espera que el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se dirija al G7 por videoconferencia.