Recientemente ha copado la atención de los medios de comunicación, pero sobre todo de la gente, el sometimiento de un proyecto de ley que busca eliminar temporalmente los impuestos a productos seleccionados para fines de importación hacia República Dominicana.
Las reacciones no se han hecho esperar, la de nosotros tampoco. Y es que, nos luce que, el gobierno de Luis Abinader, continúa transitando un camino peligroso que cada vez más lo distancia de la gente y lo coloca más cerca de unos pocos, sus amigos y colegas empresarios, hecho que nos lleva a cuestionar si real y efectivamente son los que hoy gobiernan los que representan los intereses del pueblo dominicano.
Que el mundo está sumergido en una profunda crisis es un hecho que nadie puede negar y que sus efectos lo sentiremos todas las naciones del globo terráqueo tampoco se puede ocultar, la diferencia estará enmarcada siempre en la forma en la que dichas naciones apliquen medidas que busquen palear los efectos de la misma, y en esa dirección, el gobierno necesita de mejores asesores.
Apostar a beneficiar a un reducido sector de la nación, que es el importador, sin siquiera volver la mirada al campo y apostar a que desde lo local se puedan generar los recursos y hasta riquezas que se pudieran necesitar para enfrentar la actual crisis, es un gravísimo error de Abinader y su gente.
Pretender aprobarle tasa cero a algunos productos tan solo por querer beneficiar a unos pocos, no es estar, pensar y trabajar en favor de la gente, mucho menos es dar respuestas concretas y correctas a una crisis que ha provocado que “el hambre”, vuelva a ser tema central y foco de atención de nuestro pueblo.
El gobierno de Luis Abinader debe sentarse a reflexionar sobre el modelo de gestión de crisis que ha estado aplicando desde su llegada hasta a la fecha, porque de seguir el camino que lleva, terminará por desdecirse de una vez y por todas de las propias palabras que marcaron durante muchos años su discurso en campaña y que han repetido una y otra vez, hasta la saciedad, luego de haber logrado llegar al gobierno, como si se tratara de una mentira que hay que repetirla tantas veces hasta que el pueblo de una vez y por todas la crea.
No basta con decir que somos cercanos a la gente, verdaderamente hay que serlo y las palabras deben ser acompañadas de acciones concretas. El proyecto de ley de tasa cero a algunos productos tiene un interés marcado por beneficiar a unos pocos y eso no es estar del lado de la gente, eso los convierte en un gobierno de unos pocos y para unos pocos, condenando al definitivo fracaso de aquellos a los que dijeron representarían, provocándole hambre y miseria, la gente del campo.
Todavía hay tiempo para variar el curso y evitar que el hambre y la miseria, hasta la superada, tenga que volver a ser agenda de todos en una nación que, por el rumbo equivocado que lleva, podría terminar por haber protegido a los que más tenían, en lugar de cuidar los pobres y fortalecer la clase media.
Cuidemos el campo, que está en peligro.
Por: Amaury Reyna, residente en la ciudad de Nagua, María Trinidad Sánchez