La mayoría de las delegaciones presentes en la Conferencia de Desarme de la ONU boicotearon este martes la intervención del canciller ruso Serguéi Lavrov en momentos en que se difundía su discurso, dejando la sala casi vacía, lideradas por el representante de Ucrania, que fue seguido por los países occidentales.
Los diplomáticos abandonaron la sala al inicios del discurso de Lavrov, una grabación retransmitida.
Unas pocas delegaciones permanecieron en la sala, entre ellas la de Venezuela, Yemen, Argelia, Siria y Túnez.
El ministro ruso iba a viajar a Ginebra pero anuló su visita el lunes invocando las “sanciones antirrusas” que le prohíben sobrevolar la unión Europea.
En el exterior de la sala, el boicot fue recibido con fuertes aplausos.
“Es importante mostrar un gesto de solidaridad con nuestros amigos ucranianos”, declaró Yann Hwang, embajador francés ante la Conferencia de Desarme, instancia multilateral única de la comunidad internacional para las negociaciones en ese sector.
“Los Estados miembros de la UE y sus socios mostraron su solidaridad con Ucrania durante la Conferencia de Desarme al negarse a escuchar la narrativa rusa expresada por el ministro Lavrov”, expresó en Twitter la delegación de Francia.
En su discurso grabado, el canciller ruso insistió en que la existencia de armas nucleares de Estados Unidos en Europa es inadmisible y volvió a exigir garantías de seguridad a la OTAN.
“Para nosotros es inaceptable que, contrariamente a las disposiciones fundamentales del Tratado sobre la No Proliferación de las armas nucleares, las armas nucleares de los Estados Unidos sigan estando ubicadas en el territorio de varios países europeos”, dijo Lavrov.
“Ya es hora de que las armas nucleares estadounidenses se lleven a casa y la infraestructura asociada en Europa se desmantele por completo”, señaló.