Mientras el mundo se tornaba normal (Bajo su sistema) e inmerso en el quehacer diario; algunos se preparaban para romper con ese orden y llamar la atención de un mundo “estrictamente ocupado”.
Un grupo de extremistas preparan un plan, calculado fríamente, sin temor a la muerte, como autómatas… con “callosidad en el corazón”. Ellos nos sorprenden y hacen público nuestra vulnerabilidad, sacrificando directamente a miles de inocentes y marcando para siempre al mundo. Hoy nos preguntamos cuáles fueron las razones… y yo digo: las mismas por la que algunos matan, las mismas por las que odiamos tanto, las mismas por las que nos dividimos, por las que abusamos, por las que violamos…
Esos extremistas, no sabían que ese hecho produciría un efecto de “energía oscura”, que extendería por todo mundo un sentimiento de unidad, de patriotismo y el renacimiento del amor hacia a la humanidad, a la familia, al ser amado, a la naturaleza, al mundo y sobre todo a Dios… ellos no se imaginaban qué efecto de contradicción estaban creando: de odio al amor, al perdón…
Hoy descubrimos que somos vulnerables físicamente, que nuestros servicios de inteligencias son débiles, que nuestros aeropuertos son indefensos, que la Casa Blanca y las Casas de Gobiernos son frágiles, que nuestros aviones pueden ser controlados, que nuestras tecnologías son quebrantables…
¿Por qué somos vulnerables físicamente?… porque somos débiles espiritualmente… porque el negocio de las armas es más importante que la paz… que la construcción de una de las torres más alta es más importante que la construcción de los valores… la especulación del petróleo y los alimentos es más importante que el amor… que la humanidad…
Difundir los valores… reconocer el aspecto humano… el valor y la dignidad de los pueblos… el respeto y la importancia que tienen los mismo… trae consigo la paz… no permitamos que el orgullo de grandeza e independencia nos inmute…
El 11 de septiembre del 2001, ese hecho lamentable, cumple 19 años y lo recordamos con tanto dolor e indignación como el mismo día… pero debemos cuestionarnos y preguntarnos, ¿Qué hemos hecho para que eso no vuelva a ocurrir?, ¿Hemos contribuido a disminuir el odio?, ¿Hemos incrementado el amor hacia la humanidad?, ¿Estamos respetando el medio ambiente?…
¿Estamos cultivado y cosechando la paz?… la libertad no es poder y superioridad… la libertad debe ser respeto… no es inmunidad… es responsabilidad social…
No queremos unidad y reconocimientos cundo ocurre un hecho lamentable… queremos que esos hechos no vuelvan a ocurrir… y que la unidad, los valores… respeto… la tolerancia… el temor a Dios… el camino de Cristo… el amor… sean nuestro accionar y que podamos construir un mundo en valores, en obediencia a Dios.
Por: Edwin González Lizardo