Como dice mi amiga y colega Ilanys Echavarria los psicólogos no estamos exentos de sentir todo tipo de cosas porque somos humanos. Pues para nadie es un secreto que hace apenas 15 días perdí a mi abuela paterna de forma inesperada, fue un momento donde tuvimos mucha gente que nos dio apoyo a nuestro alrededor pero eso no le quitó que fuera muy triste y que transcurriera muy rápido, como una película ante nuestros ojos.
La semana que transcurrió luego de su muerte estuvimos en los asuntos propios de quien pierde un ser querido, al finalizar todo esto llegaron las elecciones, luego de las elecciones transcurrieron solo dos días en los que hice mi rutina normal, luego de eso inició todo este proceso de aislamiento social.
¿Porque les cuento todo esto? porque quiero compartirles mi experiencia por si con ella pudiera ayudar a alguien. Pues les cuento que no ha sido nada fácil, si estuviéramos en nuestros días regulares, la rutina me permitiera distraerme con la actividad diaria e ir haciendo el duelo de manera paralela, pero la realidad es esta que me ha tocado y en medio de ella tengo dos opciones o ver este aislamiento como un tiempo de soledad sumado a la tristeza de la pérdida o asumirlo como un tiempo en el que puedo vivir mi duelo de una manera más consiente. ¿Y Saben qué? Yo elegí la segunda, así que les quiero compartir lo que he hecho en este proceso de asimilar que mi abuela ya no está, que se fue al cielo y que ahora vive en mi corazón:
Orar por ella todos los días: Ella hacia un rosario cada tarde, así que yo he decidido adoptar su habito y hacerlo cada noche y cuando lo hago siempre pido por el descanso de su alma y la paz de nosotros su familia.
Honrarla a través de lo que ella siempre hizo: Mi abuela cocinó su vida entera, con eso levantó su familia y a través de la comida dio amor a todo el que la rodeaba, así que yo en estos días, que el tiempo me lo ha permitido, he hecho muchas comidas que me recuerdan a ella, ayer preparé una lasaña que ella me enseñó y mientras la hacia la tenía en mi mente y decía: este es su legado, cocinar con sabor y amor.
Escribirle una carta o diversas notitas con pensamientos: Como mi abuela se marchó al cielo de forma inesperada yo no tuve la oportunidad de despedirme, solo tengo el recuerdo del último día que la vi, así que a modo de despedirme de ella y decir esas cosas que quedaron pendientes para mí, le he ido haciendo notitas.
Y por último, y no menos importante, me he dado el permiso de llorar y estar triste porque soy humana y porque en mi condición humana es natural sentirme triste ante un acontecimiento de esta naturaleza, el duelo es un proceso que me permito vivir. Y lo más importante es no quedarme sumergida en la tristeza y recordar siempre que ella pasó de habitar la tierra a habitar nuestros corazones y que nos cuida desde todas partes y ella, que era tan protectora, eso debe tenerla muy feliz.
Espero poder ayudar con este articulo a aquellos que en estos días, desafortunadamente, han perdido familiares y amigos fruto de esta pandemia y que por la naturaleza de la situación no los han podido despedir y tendrán que vivir su duelo como yo en medio del aislamiento, les aliento y les envío un abrazo lleno de solidaridad y empatía.
Lic. Gazhil Virginia Jerez de Leger
Neuropsicóloga Clínica Infantil
Terapeuta Conductual