Sin lugar a dudas, la crisis que a su paso por República Dominicana ha generado el Coronavirus, supone un reto no solo para las autoridades, empresas, personas y servidores públicos que libran una dura batalla contra el COVID19 en las calles y hospitales, sino también para todos en general, pues ella nos ha obligado a modificar la forma en cómo desde hace décadas estuvimos viviendo nuestras vidas.
Una cuarentena o aislamiento en casa durante el día y que nos ha obligado a redefinir hasta la forma en como nos relaciones en casa, sumado al encierro que por Toque de queda se produce en las noches, ha sido uno de los retos asumidos desde el día de esta crisis. Sin embargo, con el pasar de los días, pesa más el deseo de quedarnos en casa, que el de salir a las calles a suplir necesidades que en ella se puedan presentar, y es allí donde nace el reto comercial para el consumidor y el que vende los productos.
Para aquellos que viven en las dos principales ciudades de República Dominicana, quizás de lo que voy a escribir no le parezca nada nuevo, puesto que, ya estos servicios están puestos a prueba por el consumidor en localidades como Santo Domingo y Santiago, sin embargo, pudiera ser muy útil para los que viven en otras provincias en donde quizás el uso de aplicaciones móviles para suplir necesidades de mercado, farmacia, colmados, entre otros, no es muy común.
¿Quién innovará primero? ¡Ahí está el gran reto! Por ejemplo, esta mañana me ví en la obligación de salir de casa a ver si conseguía comprar algunos productos en dos de los principales supermercados de Nagua, municipio cabecera de la provincia María Trinidad Sánchez, pero no lo hice por el cúmulo de personas que en su entorno o en filas para ingresar habían, aún cuando la gente y los propios establecimientos estuvieran tomando medidas de salubridad correcta; claro que los había, pero preferí volver a casa y sentarme a escribir.
Las crisis, sobre todo como las de salubridad que obligan al encierro en casa, deben suponer una oportunidad comercial para los principales negocios de toda ciudad o pueblo, por ejemplo, ahora es el momento de que los supermercados, farmacias y hasta colmados, pudieran ir aplicando tecnología a proceso de venta y compra de artículos a través de redes sociales o de aplicaciones móviles, en el que, los usuarios, pudieran realizar sus pedidos en línea y establecer horarios para recoger sus ordenes o que, los establecimientos, como una forma de ayudar al sector motoconchista de los pueblos, los usara como deliverys para atender las demandas de los pedidos.
La idea pudiera también perfectamente usarse para los que venden productos desde el Mercado Público de los pueblos; las alcaldías pudieran comenzar a promocionarles para que a través de Whatsapp, la gente pudiera adquirir productos frescos y que solo tendría que retirar o recibir a la puerta de su hogar, usando el servicio del motoconcho como planteé en el caso de los supermercados.
¿Quién se animará primero? ¡Está por verse! Lo cierto es que, usando la tecnología, como empresarios, también pudiéramos de alguna forma aportar nuestro granito de área para evitar las filas y la aglomeración de personas en mercados, supermercados, entre otros negocios que en momentos como los que vivimos actualmente suelen presentar estos casos.
¿Qué si es posible? Pues claro. Hace unos días por ejemplo, escribí por whatsapp a la farmacia San Luis, pagué por medio de transferencia y recibí mi pedido en casa.
¡Innovar! De Innovar por la salud ¡De eso se trata!