Una alianza se conforma con objetivos muy definidos, principalmente alcanzar propósitos previamente discutidos por las partes, donde cada cual establece sus intereses y por mutuo acuerdo se definen los puntos que persiguen.
Para que una alianza pueda prosperar y mantenerse con el tiempo, es fundamental que se realice en torno a un liderazgo principal, porque de lo contrario, si se realiza donde coexisten más de un liderazgo que aspiren al final a los mismos objetivos, la confrontación y lucha de intereses hará añicos ese acuerdo.
Mientras que un pacto realizado por entes que buscan un mismo propósito en realidad no es una alianza, sino un acuerdo político sin sustancia, efímero y caracterizado por la falta de confianza entre sus actores, si son tres los intervinientes, a ese pacto lo llamaríamos triunvirato.
Ningún acuerdo donde varios de sus componentes aspiren al mismo objetivo puede tener éxito, ya que la lucha por el liderazgo generará celos, dudas, desconfianza, conspiración, intrigas y una lucha intestina que no le permitirá avanzar, terminando al final en lo que llamamos garata con puños.
Históricamente está demostrado que esos pactos o triunviratos no terminan en nada bueno, ya que cuando están en camino de lograr sus objetivos, los intereses son tan fuertes, que los empuja a una lucha a muerte de egos. Al aspirar a lo mismo, inevitablemente proviene la incertidumbre, queriendo cada cual posicionarse mejor estratégicamente dentro del ajedrez político en que se debaten.
Aunque la historia no se repite, siempre me gusta ilustrar con algunos ejemplos para que esos símiles aporten algo de luz a situaciones que ocurren en el presente y que son muy difíciles de entender o digerir. Voy a traer dos ejemplos de pactos-triunviratos que al final tuvieron resultados catastróficos, por la lucha de liderazgo, intereses y EGOS.
EL primer caso de triunvirato a que me refiero fue la alianza constituida en el año 60 (a.c) entre Julio César, Craso y Pompeyo, para distribuirse el poder y control de Roma. Esa alianza duró 7 años, a Craso le asignaron el Asia Menor y murió en la batalla de Carras ante el Imperio de los partos. Julio César se fue a las Galias y Pompeyo se quedó en Roma.
La conquista de las Galias aumentó la popularidad de César, lo que motivó que el ala conservadora del Senado incentivara a Pompeyo para que liquidara a César. Esa lucha de liderazgo motiva a Pompeyo a llamar a César a Roma sin su ejército, quien decide lo contrario, llega a Roma con su ejército y al cruzar el Rubicón, dice su célebre frase «La suerte está echada». Entra a Roma y derrota a Pompeyo en la batalla de Farsalia, quien huye para luego ser asesinado en Egipto por Ptolomeo hermano de Cleopatra.
Cosas del destino, Julio César jamás fue derrotado por ningún adversario, aunque sus mismos discípulos, su entorno y otros que les perdonó la vida en Farsalia, lo asesinaron en el Senado, encabezados por su hijo adoptivo, Brutus. Ese pasaje donde César dijo otra de sus frases célebres antes de morir desangrado por decenas de dagas que surcaron su cuerpo. «Hasta tú Brutus hijo mío», es una enseñanza sobre la ingratitud de quienes tienen el odio como estilo de vida.
EL segundo triunvirato o alianza nefasta, fue constituido después del asesinato de César, por Octavio, Lépido y Marco Antonio. Lépido fue asesinado por Octavio y luego en la famosa batalla de Actium en el 31 (a.c,) Marco Antonio y su amante Cleopatra se suicidan ante la derrota que le infringió Octavio.
Como consecuencia de estos dos triunviratos que terminaron en una lucha desgarradora, propia de animales de diferentes especies que momentáneamente en circunstancias de la vida los han juntado, pero que por su propia naturaleza, terminan deborándose entre ellos, surgió en el año 27
(a.c) el Imperio Romano, con su primer Emperador, César Augusto.
Con esto terminaron 500 años de gobiernos republicanos en Roma. La República que se inició en el año 509 (a.c,) cuando se puso fin a la Monarquía romana con la expulsión del último rey, Lucio Tarquinio Soberbio, parió uno de los más poderosos y duraderos Imperios que ha conocido la humanidad: El Imperio Romano.
EL Imperio romano que surgió de los triunviratos duró hasta el 476 (d.c) con la muerte del emperador Rómulo y con Roma como capital, mientras el Imperio Romano de Oriente o imperio bizantino, con Constantinopla como capital, se mantuvo hasta el 1451, cuando fue conquistado por el Imperio Otomano.
En estos momentos en nuestro país tenemos una alianza y un pacto-triunvirato. Entiendo que tanto por la experiencia histórica, como por los acontecimientos que desde ya se están proyectando, la alianza será exitosa y el triunvirato terminará en un estrepitoso fracaso.
Con absoluta seguridad puedo afirmar, Que la alianza se impondrá al triunvirato.
Por Luis Estrella, residente en Rio San Juan