Con los ánimos tan caldeados, sentimientos afectados y el sopor que deja en el ambiente un proceso electoral, no he querido referirme al tema, porque entiendo es la mejor manera de contribuir a la distensión y no a aumentar la tensión.
Por lo que en este caso voy a centrarme en lo que entiendo responde a una profunda inmadurez, cuando se confunde lo político con lo personal. Los procesos electorales pasan y la vida continúa, los hermanos siguen siendo hermanos, los amigos siguen siendo amigos, los vecinos siguen siendo vecinos, las relaciones y vínculos no desaparecen, todo continúa como antes del certamen electoral.
En mi caso nunca he ligado una cosa con otra, simplemente realizo mi trabajo, asumo mi responsabilidad y pongo todo mi empeño en no ofender a nadie, ni descalificar a los adversarios momentáneos de la coyuntura electoral. Hago todo lo posible por concluido proceso, salir con la menor cantidad de personas resentidas, claro, hasta donde sea posible, ya que el ego y la inmadurez obnubilan la mente de personas, que los lleva a confundir lo político con lo personal.
Tampoco guardo rencor ni resentimientos con aquellos que me atacan, critican y hasta me descalifican, por la sencilla razón de que están en su derecho, aunque no comparto esa forma de enfocar la actividad política. En realidad me entero porque alguien en ocasiones me hablan de eso, ya que no uso las redes para esas cosas y también recurro a mi derecho ciudadano, de tener personas positivas como agregados.
Entiendo esa forma basada en el fanatismo, el personalismo y el egocentrismo de algunas personas ver la actividad política, lo cual no lo tomo en cuenta, ya que son fruto del momento, las pasiones y una visión distorsionada. Y si en algún momento puedo servirle lo hago sin ningún resquemor, lo cual he demostrado con el tiempo, al punto que en una ocasión mi dilecto amigo, Yovanni Rivas, fabricó la teoría, que era mejor ser mi enemigo, ya que los ayudaba más que a mis amigos.
Por sostener ese criterio y tener esa visión de la política, fue que me dispuse hace unos días a visitar todos los candidatos que fueron electos en el pasado proceso, para manifestarle mis felicitaciones y desearles éxitos en sus proyectos. Eso lo hice con los todos los partidos, entre ellos Alan Checo, que ganó un buena lid la candidatura a Alcalde por el PRM, así como los candidatos a regidores por el PLD, con la excepción de Manuel Balbuena, a quien tratamos de ver, pero por compromisos que previamente tenía, no fue posible.
Desde mi óptica así es que veo la actividad política, mis amigos son amigos al margen de su simpatía y militancia, porque como decía un gran escritor » El respeto al derecho ajeno es la paz». Esto inclusive debe ser más evidente en los pueblos pequeños, donde todos se conocen y por algún lado están vinculados, sea familiarmente y por algún agradecimiento presente o pasado. Evitemos las ofensas y agresiones y actuemos como seres civilizados, porque al final las cúpulas de todos los partidos, están obligados a mantener el sistema, como garantía para que haya paz, tranquilidad, crecimiento económico y nuestra isla siga siendo un paraíso en el caribe y el mundo.
Finalmente quiero aclarar, que mis funciones políticas son nacionales y provinciales, aunque por un asunto de gratitud y amor a un pequeño pueblo costero, llamado Río San Juan, siempre haré todo lo posible por contribuir en las medidas de mis posibilidades a su bienestar. No soy funcionario de esa comunidad, aunque siempre seré un gestor y colaborador de sus ejecutivos, sin importar lo político, sino lo social y comunitario.
Luis Estrella, reside en Río San Juan