Una vez más el contenido de la La Ley 44-00 que versa sobre la instrucción bíblica en las escuelas públicas y privadas del país, ha sido objeto de discusión en el Congreso Nacional, luego de que la diputada del PQDC, Besaida Mercedes Abreu, sometiera un proyecto de resolución que planteaba exigir al Ministerio de Educación el cumplimiento de la legislación en el año 2018 y que fuera aprobada por el hemiciclo en sesión del pasado jueves.
La Ley, que modifica la Ley General de Educación No.66-97 en su artículo 25, establece la lectura de una porción o texto bíblico después del izamiento de la Bandera y la entonación del Himno Nacional. Ese mismo texto, dispone además que, el estudio de la Biblia, sea introducido en la currícula del ministerio y que el estudio bíblico sea desarrollado en las aulas al menos una vez a la semana, bajo los programas y métodos de enseñanza bíblica que serían propuestos por la Conferencia del Episcopado Dominicano y la Confederación Dominicana de la Unidad Evangélica (CODUE).
Tras ser aprobada en la Cámara de Diputados la resolución que exige al Ministerio de Educación dar cumplimiento ala Ley No.44-00, cabría preguntar lo siguiente.
¿La diputada Mercedes Abreu y los que junto a ella conforman el hemiciclo de la Cámara de Diputados del país habrán recordado que la Constitución dominicana en su Sección I que versa sobre los derechos civiles y políticos, específicamente en el artículo 45 sobre la Libertad de conciencia y de cultos establece que, “El Estado garantiza la libertad de conciencia y de cultos, con sujeción al orden público y respeto a las buenas costumbres”?
¿Nos oponemos como medio a que se lea La Biblia? ¡No!
¿Es importante leer La Biblia? ¡Por supuesto que sí! Porque ella encierra valiosos principios dados por Dios y porque es además el manual de instrucciones que Él nos ha dejado para vivir mejor y conocer su Voluntad.
Sin embargo, como entes que forman parte de la estructura organizacional del Estado y poder público que está llamado a crear leyes que regirán el comportamiento de todos y todo en la sociedad, creemos también que los legisladores deben ser cautos al momento de someter y aprobar leyes o resoluciones, que por desconocimiento, terminen contradiciendo lo que por ellos mismos fue establecido en la Carta Magna en la última reforma constitucional del 2010 y que fuera refrendada en el año 2015.
¿Recordarán los legisladores que existe una Constitución?
Amaury Reyna Liberato, director del Naguero.com y productor del #NagueroRadio