En la concepción medieval del mundo fuertemente influido por el cristianismo encontramos la idea de los siete pecados capitales: la ira, la soberbia, la lujuria, la pereza, la gula, la avaricia y la envidia.
En este esquema el pecado por excelencia es la soberbia. Es el pecado que lleva a cometer el resto de pecados. En la discusión de los autores medievales sobre los distintos niveles de soberbia está la desobediencia, el cual es el aspecto más grave de la soberbia.
El ejemplo más antiguo de soberbia (desobediencia) lo tenemos en el libro de Génesis 3:6, cuando Adán y Eva comieron del fruto prohibido y se creyeron tan sabios como Dios.
La soberbia es un amor propio indebido, y malicioso. El cual nos pone en rechazo de cualquier fuerza superior a nosotros mismos. Incluso la soberbia nos hace pensar que estamos a la par de Dios.
Engels Caraballo