Cuenta una historia que existía un señor que era dueño de una granja de cerditos, los cerditos se mantenían solos y con las migajas durante los 10 meses del año. Sin embargo, en octubre iba el señor granjero a darles mucha comida porque sabía que iba a necesitarlos gordos para negociar con ellos en diciembre. Y así pasaba en cada temporada, el granero se iba y regresaba cuando necesitaba de los cerditos.
Así hay “políticos“ en las provincias, se pierden por 3 años olvidando el compromiso que asumieron con la población y regresan el último trimestre de las elecciones a buscar los electores porque los necesitan.
Ahora que estamos en un proceso que casi inicia abramos los ojos para identificar el político granjero que no cumple con sus funciones y quiere convencernos antes de las elecciones.
Si queremos políticas diferentes hagamos las cosas diferentes, dejemos de esperar migajas y quitemos el dadivadismo.
El político que más gasta en la campaña no es el mejor, es el que hace todo por llegar y una vez en el puesto su objetivo principal será recuperar lo que invirtió. Empecemos a construir proyectos y escuchar propuestas, a evaluar y a confiar en el que realmente sirve antes de servirse.
No nos engañemos, nosotros escogemos, en tres años no se queje si usted sigue votando por su político con sidrome de granjero.
Amor y paz✌🏽