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Vuelve la mula al Trigo

Iniciamos la Semana Santa, fecha en el que cristianismo conmemora la muerte y resurrección de nuestro señor Jesucristo.

Esta semana las calles se movilizan más de lo normal, cada quien escoge un destino para pasar el asueto, se descongestiona la ciudad y se activan mucho más las zonas turísticas del país.

Pero resulta tan curioso que año tras año se luche tanto con gente grande. La defensa civil, cuerpo de bomberos, policía nacional, instituciones de servicio, centros de salud públicos y privadas se preparan para prevenir accidentes e incidentes y poder dar respuesta rápida ante cualquier eventualidad.

Cada año se trabaja con la prevención, capacitación y cuidado de la ciudadanía. Y yo me pregunto ¿Es necesario hablar tanto con gente grande? ¿Hermano/a, todos los años vamos a estar en esto?

Acaso hay necesidad de decirle tanto que si no se pone casco pone en peligro su vida, su salud y corre el riesgo de ocasionar problema a su familia, por un descuido suyo.

Mi estimado, no sabe usted que si toma no puede manejar o hay que multarlo para recordarle algo que usted ya sabe.

Imagine que por exceso de velocidad ocasione usted un accidente, provoque alguna lesión física en otras personas o ciegue la vida de un inocente, que deje a una familia traumada por el simple hecho de usted creerse Toreto.

Es más, dígame un beneficio de buscarse problemas en la calle, querer pelear y armar desastre. El resultado al cubo o al cuadrado lo mínimo que dejará como resultado será un que otro enemigo o al menos un herido. Así que, por favor evite los inconvenientes y controlé el Jack Veneno que lleva dentro.

Por cierto, aprovecho para recordarles que el desastre que dejan en las calles, el sucio y la basura que por la poca delicadeza deja en las playas, hace que se contamine el ambiente en el que usted y los suyos habitan. Ese vaso plástico que usted tira, ensucia las playas, tapa las cañadas y provoca inundaciones cuando llueve. Esa botella que usted rompe deja vidrios que cortan, marcan y duelen cuando se clavan.

Disfrutemos, todo se puede en el marco de las reglas.

¿Hay que repetirle tanto cosas que usted ya se sabe? ¡Caramba!

Querido lector, es momento de tomar conciencia, es hora de cuidarnos, de cuidar a los demás, de evitar que las cifras negativas aumenten o que seamos nosotros uno de esos números. En medio de un accidente el chapulín colorado no vendrá a defendernos. Preservemos la vida, seamos prudentes, cuidemos el medio ambiente.

Ni con los niños hay que hablar tanto, tome conciencia y actúe con respeto, responsabilidad y prudencia.

Asiente cabeza, si algo está mal, causa problemas y usted lo sabe ¿para que lo hace?

Que esta semana mayor la bendición de Dios padre se derrame sobre su pueblo y aprovechemos el asueto para evaluar y mejorar aquellas acciones que nos dañan de manera personal y que resultan también peligrosas para la colectividad. Que las cifras se reduzcan a cero y entre todos colaboremos para que si ningún incidente regresemos a nuestros hogares sanos y salvos con nuestros amigos y familiares.

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