“Y Samuel dijo: ¿Se complace Jehová tanto en los holocaustos y víctimas, como en que se obedezca a las palabras de Jehová? Ciertamente el obedecer es mejor que los sacrificios, y el prestar atención que la grosura de los carneros”
(1Samuel 15:22)
La garantía de nuestro éxito (en todas las áreas de nuestra vida) depende de hacer la voluntad de Dios, de hacerlo conforme al modelo y el diseño de Dios, hacerlo AL MODO DE DIOS.
No te apartes de su diseño, del modelo que te fue entregado y de los principios bíblicos: “Así dijo Jehová: Paraos en los caminos, y mirad, y preguntad por las sendas antiguas, cuál sea el buen camino, y andad por él…”. (Jer.6:16)
No es una tarea fácil pero podemos confiar y descansar en la voluntad de nuestro Padre:
– No hay ninguno que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por causa de mí y del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo, y en el siglo venidero la vida eterna. (Mr.10:29-30)
Al final Saúl reconoce que falló y aun así se justifica: “Yo he pecado; pues he quebrantado el mandamiento de Jehová y tus palabras, porque temí al pueblo y consentí a la voz de ellos.” (1 S. 15:24).
Y tenía razón, Dios les dio un rey conforme al corazón del pueblo. Y Saúl actuó conforme al deseo del pueblo.
Como líderes no busquemos impresionar ni agradar a la gente, busquemos agradar el corazón de Dios y hacerlo al modo de Dios.
Oremos para que Dios ponga afinidad de espíritu entre Dios y el liderazgo, entre el liderazgo y el pueblo, que el pueblo no presione al líder a hacer cosas que están fuera del diseño de Dios.
El Dios de paz no trae confusión, el Dios de paz traerá afinidad y orden.
Debe haber coherencia entre lo que decimos y lo que hacemos. Hoy Dios pone una balanza en tu mano y te pregunta ¿Qué pesa más? ¿Tus deseos o mi propósito?
Hoy nos deshacemos de toda autosuficiencia y asumimos la dependencia de Dios.
Por Clara Esther García, es por su gracia.-