En el presente más medios aíslan noticias sobre hechos y acciones nefastas que ocurren en distintas regiones del globo terráqueo y que pueden afectar la paz y la seguridad global entre las cuales se encuentran las violaciones sistemática a los Derechos Humanos.
En lo que respecta a la República Popular China el Congreso Mundial Uigur documentó el arresto en la provincia de Xinjiang de 388 intelectuales uigures un hecho muy preocupante y sobretodo su posterior dispersión en distintas prisiones en todo el país con el fin de dificultar su seguimiento.
Los uigures conforman una etnia de confesión musulmana que vive en china y se perciben cercanos a las naciones de Asia Central. En mayor número habitan en la región autónoma de Xinjiang en la provincia de Xinjiang conformando uno de los 56 grupos étnicos que China de manera oficial reconoce.
Xinjiang tiene una enorme importancia estratégica para el gobierno Chino ya que de éste punto parten oleoductos, vías férreas y la carreteras para la nueva ruta de la seda, por lo que cualquier pizca de violencia étnica o secesionista es reprimida violentamente por el régimen. De ahí que al parecer China está utilizando Xinjiang como laboratorio de ensayo de tecnología de vigilancia electrónica de última generación.
China tiene unos 300 millones de cámaras instaladas a lo largo de su territorio (cuatro veces más que Estados Unidos), y se ha puesto a la cabeza de un futuro autoritario de alta tecnología donde la inteligencia artificial y el software de reconocimiento facial y voz permitirán identificar y seguir los movimientos de millones de personas en tiempo real.
Lo anterior significa que todas las inmensas posibilidades que dan estos desarrollos no tienen un real control internacional efectivo y se prestan como hasta hora hemos visto para vulnerar la privacidad, y conculcar los derechos humanos, en la vertiente de los derechos civiles y políticos, así como los derechos económicos sociales y culturales de los ciudadanos.