La lealtad en nuestras vidas va más allá de un trabajo, una amistad o un amor, como decía el escritor Cubano Francisco Garzón “El ser humano que pierde la lealtad, pierde la vida”, toda vez que la lealtad consiste en ser personas genuinas, transparentes, y honestas del derecho y del revés por así decirse, puesto que, cuando somos personas leales, somos seres auténticos y no mostramos una cara por delante y otra por detrás, como comúnmente decimos.
Este valor significa que aunque una relación de cualquier índole se aleje, no traicionaremos a nuestros seres queridos, sino más bien que a pesar de las circunstancias o las dificultades, busquemos siempre el bienestar para ellos, o en su defecto, mejor no hacer nada que los pueda dañar.
Es vital ser una persona leal para crecer en la vida de manera plena y duradera, ya que a través del tiempo, se puede obtener un crecimiento pasajero siendo personas traicioneras y engañosas, pero tarde o temprano, ese tipo de actitudes se nos vuelve en contra como un bumerang.