Hace un buen tiempo ya que, por moda, el uso de la hookah se ha convertido en un importante instrumento para la diversión, usado especialmente por un amplio segmento de la población joven en República Dominicana.
Su uso, muy popularizado, provocó que los establecimientos de expendio de bebidas alcohólicas de todo el país, incluyeran el servicio de alquiler de las hookah, como si se tratara de un trago especial de la casa, ofrecido a quien va a divertirse en estos lugares.
El pasado lunes 18 de febrero, el presidente Danilo Medina promulgó la recién aprobada Ley 16-19, que fuera propuesta por la legisladora por la provincia Duarte, Miledys Núñez, y que prohíbe el uso de la hookah en lugares públicos y privados.
La Ley que entrará en vigor en los próximos días, en su artículo 4 establece que serán sancionados con pena de cinco a diez salarios mínimos del sector público, los propietarios de establecimientos que permitan su uso, y que, a quienes usen la hookah en lugares públicos y privados, se le impondrá como pena el pago de cinco a quince salarios mínimos.
La promulgada Ley indica que la Procuraduría General de la República será la responsable de la ejecución y cumplimiento de la ley, y establece que, en nuestros tribunales, serán los Juzgados de Paz a través del procedimiento de contravenciones quienes tendrán la responsabilidad de conocer de estos casos.
Y es que, en un país como el nuestro, en el que desde hace unos años hemos ido perdiendo hasta el respeto por reglas, normas morales y hasta leyes básicas que rigen el comportamiento del ser humano en sociedad, es importante la entrada en vigor de nuevas piezas legislativas como la que a partir de ahora sanciona el uso de las hookah y que establecerán controles y sanciones, evitando así que casos como el de Edgar Antonio Rodríguez Rodríguez, quien residía en Nagua y murió en octubre del año pasado por la inhalación del humo de la hookah se vuelva a repetir.
Por Amaury Reyna Liberato, director del Naguero.com