Desde el año 2007, cada 20 de febrero se celebra el Día de la Justicia Social, una fecha que la ONU proclamó “en pos del desarrollo social para todas y todos en el actual proceso de mundialización”.
El concepto de justicia social hace referencia a la necesidad de lograr un reparto equitativo de los bienes sociales; toda vez que en una sociedad con justicia social, los derechos humanos son respetados, son valorados, y a su vez los grupos de la sociedad más desfavorecidos cuentan con oportunidades de desarrollo.
Según las Naciones Unidas “La celebración del Día Mundial de la Justicia Social busca apoyar la labor de la comunidad internacional encaminada a erradicar la pobreza y promover el empleo pleno y el trabajo decente, la igualdad entre los sexos y el acceso al bienestar social”.
Este día es especial para promover los valores y derechos que tienen todas las personas, para disminuir las barreras de género, edad, raza, etnia, religión, cultura o discapacidad, que a diario nosotros mismos creamos entre una y otra persona.
La justicia social no es “una forma de limosna”, sino “una verdadera deuda del Estado con las familias” asi lo expreso el Papa Francisco. Es un principio fundamental para la convivencia pacífica y próspera, dentro y entre todas las naciones; esta debe ocupar un lugar central en nuestras iniciativas, debemos colaborar para que juntos construyamos sociedades inclusivas, promoviendo el trabajo decente, reforzar los niveles mínimos de protección social e incluir a quienes viven marginados, erradicar la violencia y la discriminación.