Ha llegado el sábado y con él, la antesala del fin de una semana que ha sido marcada por hechos violentos de sangre producto de la criminalidad que se vive en el país y de las imprudencias de conductores que, a todas luces, no tienen respeto por nada, ni nadie… de esta realidad no escapa nuestra provincia María Trinidad Sánchez.
Esta semana a través de naguero.com dábamos cuenta del hecho en el que dos personas, hasta el momento sin identificar, habrían ultimado a tiros en Nagua, a un joven de 26 años de edad y al que la Policía Nacional sindicaba como reconocido delincuente. Días más tarde, nos hacíamos eco de una nueva persona que perdía la vida producto del manejo temerario al que acostumbrado nos tienen los conductores de la ruta del transporte público de pasajeros que van desde Nagua hacia San Francisco de Macorís.
Este último hecho de sangre, nos obliga a preguntarnos… ¿Qué será lo que tendremos que hacer como ciudadanos para llamar la atención de las autoridades competentes a fin de que se supervise correctamente a estos choferes y dueños de ruta de transporte?
Tan solo han pasado 18 días de este primer mes del año y son 6 las víctimas, entre ellas 3 mortales, las que involucran a choferes de esta ruta que ha convertido la carretera Nagua – San Francisco en las vías de la muerte.
Recientemente, fue informado que la DIGESETT habría dispuesto de unos 1,500 agentes para que pusieran en marcha una logística de vigilancia en las principales carreteras del país para dar cumplimiento a la primera fase de las nuevas resoluciones adoptadas por el Intrant, sobre las prohibiciones que tienen que acatar los choferes de vehículos de transporte de carga en cuanto a transitar a no más de 70 kilómetros por hora en las carreteras troncales y hasta 55 en las vías secundarias y terciarias, entre otras., medidas que se aplauden, pero que también nos obligan a preguntar ¿Cuándo lo propio se hará con quienes desde su génesis, se han creído que son dueños de las vías públicas?
Las muertes y heridos producto de accidentes provocados por choferes de esta ruta de Nagua a Macorís y otras, son el pan nuestro de cada día. Bastaría con analizar las estadísticas y resultados de estos siniestros para entender que algo urgentemente hay que hacer, antes de que sea la sangre y no el agua de las fuertes lluvias que nos bañan, las que provoque el deterioro de esa y otras carreteras.
Los errores se pagan, pero cuando hay quien los cobre y mientras a estas rutas del supuesto transporte público no se le aplique medidas legales y económicas, tales como la anulación de contratos de ruta por incumplir las condiciones para su operación o de lo que establecido está en nuestras leyes y reglamentos de tránsito, todo seguirá igual y el número de víctimas en incremento.
Desde Naguero Radio y naguero.com, hacemos un llamado a las autoridades para que tomen cartas en el asunto, aplicando las medidas que sean necesarias para que quienes transitamos por esas vías, podamos sentirse seguros al hacerlo.
Porque es tiempo de poner frenos, a quienes sin frenos están disponiendo de la vida de la gente. ¡Ya basta!
Amaury Reyna Liberato.