Durante largos años, muchas han sido las luchas que se han llevado a cabo, sobre todo en nuestro país, para lograr la inversión necesaria a políticas educativas.
Con el pasar del tiempo, velar por la calidad de la misma, se convirtió en el centro de estos reclamos. Sin embargo, a nuestro entender, de lado hemos ido dejando lo importante que es también que hablemos de la calidad de los docentes que asisten a nuestros centros educativos, en donde la ausencia de la planificación escolar es más que evidente.
A nuestro juicio, la permanencia de un maestro por 45 minutos en un salón de clases, sin siquiera haber planificado lo que durante ese espacio de tiempo se impartiría allí, es hacer perder el tiempo a nuestros estudiantes, esos a los que como padres, y creyendo en la capacidad del docente, le hemos confiando su presente y futuro.
¿Qué cómo influye la planificación en el proceso de enseñanza-aprendizaje que se desarrolla en el salón de clases? Bastaría con analizar los resultados de las pruebas PISA que se realizan a nivel mundial, en donde desde el año 2015 está siendo evaluada República Dominicana como nación y donde aparecemos, como en la mayoría de los estudios realizados, en los últimos lugares.
El Informe del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes o Informe –PISA- (por sus siglas en inglés Programmefor International Student Assessment), es un estudio llevado a cabo a nivel mundial que mide el rendimiento académico de los alumnos en áreas como las matemáticas, ciencia y lectura. Su objetivo es proporcionar datos comparables que posibiliten a los países mejorar sus políticas de educación y sus resultados.
¡Saque usted sus propias opiniones y juzgue! Porque al analizar los resultados de esta prueba, es más que evidente que ha hecho falta algo más que el anuncio hecho por el actual ministro de Educación, arquitecto Andrés Navarro, de que esa institución habría emprendido un camino al que definió como certero, al sustituir un currículo basado en conocimientos por uno basado en competencias, sin dejar de lado aquel importante anuncio de que su gestión se centraría en las inversiones necesarias dedicadas a la formación de los docentes.
La mejor evidencia de que el dinero no lo es todo en la educación y que la vocación prima, es el sistema educativo en nuestro país. Voluntad, y mucha, ha hecho falta para dar pasos concretos que nos encaminen hacia la calidad, pues a decir verdad, por el momento, los más beneficiados del 4% a la educación han sido ingenieros, contratistas y políticos.
Y a propósito de estudiantes, ¡El próximo martes 13 inician las pruebas nacionales! ¡Pongamos a nuestros muchachos a estudiar muchacho!