Hace unos días fue invitado a formar parte del panel de jurados que seleccionó los aspirantes provinciales al Premio Nacional de la Juventud. Luego de esa experiencia tan enriquecedora donde pude conocer todo el talento joven con que cuenta nuestra provincia, llegué a la conclusión de que es el momento de trazar nuevas pautas para que esa juventud valiosa, no solo sea galardonada una vez por año, también sea destacada y empoderada a realizar un aporte real al desarrollo de nuestra sociedad.
En tiempos en que nuestros jóvenes de Nagua solo tienen como fuente de trabajo las rutas de préstamos y las bancas de lotería, el ministerio de la juventud debe de fomentar políticas de creación de empleos y mas políticas de formación laboral, técnica y educativa. Esto daría paso a qué no solo se premie con becas a jóvenes que demuestran un alto nivel de educación y formación, también se entreguen becas a aquellos, que aunque no demuestran ser tan destacados, puedan tener la oportunidad de pasar de las rutas y las bancas de lotería a las oficinas o a sus propios negocios.
Es lamentable que solo destaquemos y ayudemos a los que ya están encaminados a convertirse en entes productivos y reneguemos los que están estancados, siendo estos los que más necesitan ser empoderados.
Aplaudo la iniciativa anual del Premio Nacional de la Juventud. Aplaudo año tras año a todos los galardonados. Aplaudo el premio en metálico, la beca nacional y demás. Aplaudo tan importante y organizada premiación que me ha inspirado a competir en su próxima edición, pero espero que en un futuro cercano además del premio nacional empleado como gratitud por la parte monetaria y como formación continua por la entrega de becas, se incluya una iniciativa tangible para poder rescatar y darle la oportunidad a los jóvenes que nadie toma en cuenta y que están condenados a nunca poder cambar su situación de vida.
Carlos Machuca.