Nos quejamos de que se tapan las alcantarillas, pero tiramos basuras en las calles.
Hablamos de que estamos hartos de gente corrupta, pero nos robamos la luz del vecino.
Pasamos el día sentados en la esquina quejándonos de la economía, pero no salimos a buscar trabajo.
Lloramos porque el dinero no nos alcanza, pero lo que cobramos en el mes lo gastamos en el fin de semana.
Maldecimos día por día, durante cuatro años las autoridades por las que votamos para nos dirijan.
Nos quejamos de la educación, pero tenemos bibliotecas vacías.
Hablamos de la contaminación ambiental y consumimos plástico en exceso.
Queremos aire puro y fresco y cortamos los árboles.
Nos lamentamos con los accidentes de tránsito, pero no respetamos las señales.
No queremos estudiar, somos holgazanes para trabajar, no organizamos nuestros proyectos de vida y luego solo decimos que no tuvimos suerte o que se esta cayendo el país donde vivimos y todo es culpa del sistema.
Seamos honestos, muchas veces somos nosotros parte del problema. Para lograr no necesariamente otro debe hacer por nosotros, todos tenemos el poder de hacer las cosas cambiar. Nuestro país necesita menos gente inactiva y mas proactividad de parte de sus ciudadanos. Seamos parte de la transformación, no con nuestras opiniones sino con nuestras acciones.