Esta semana se cumplieron 526 años desde aquel día en que Cristóbal Colón y sus tropas españolas arribaron al continente americano, razón por la cual en varios países hispanoamericanos, así como también en Estados Unidos y España, se celebra el 12 de octubre como el Día de la Hispanidad o Día de la Raza.
Según los diarios de Cristóbal Colon, la madrugada del 12 de octubre de 1492, se produjo el grito de «¡Tierra!», producido por el marinero Rodrigo de Triana, dos horas después de la media noche de ese día, la historia de Europa y de América cambió de manera irreversible a partir de ese momento. Colón llegó a varias islas del Caribe: Guanahaní, a la que bautizaron como San Salvador, Cuba denominada Juana y Santo Domingo, que recibió el nombre de La Española. En La Española chocó su mejor barco, llamado “Santa María”, y con su madera se construyó un fortín llamado “La Navidad”. Colón regresó a España en la carabela “La Niña”.
Esta fecha también se pone de relieve el martirio a que fue sometida esta población, luego de lo que se ha llamado el descubrimiento de América, el 12 de octubre de 1492 y específicamente el descubrimiento de la Española o la isla de Santo Domingo el 5 de diciembre del mismo año, cuando el conquistador, Cristóbal Colón, pisó este suelo por primera vez.
Y aunque para muchos, este día no debería ser celebrado, porque lejos de descubrir lo que ya existía, el arribo de Colón a nuestros países significó el exterminio de nuestros indios y el saqueo de las riquezas de entonces, dicho encuentro permitió que América recibiera un gran legado cultural, expresiones artísticas no sólo occidentales sino también orientales, y que Europa percibiera la riqueza cultural, idiomas, alimentaciones, los avances, el ingenio y el arte del Nuevo Mundo. Razón por la cual es preciso fomentar el valor de las cosas que hoy tenemos gracias a dicho encuentro.
No hay nada malo que no tenga algo bueno. Ciertamente, para muchos, el 12 de octubre puede que sea el Día de la Hispanidad o Día de la Raza y para otros el Día del inicio del genocidio de los indígenas en El Caribe, sin embargo, de este hecho, veamos las cosas positivas que nos dejaron, porque más que celebrar un descubrimiento como comúnmente llamamos, hay que celebrar el encuentro de culturas, costumbres y valores.
Fortalezcamos así los valores positivos, como el caso de la solidaridad y el amor sin importar el color de su piel, su nacionalidad, religión, cultura y cualquier otra condición que las haga parecer diferente, pero sobre todo, asumamos el valor de respeto a la diversidad.