Los desastres naturales son inevitables, pero los daños que estos causan pueden minimizarse; en cambio, la vulnerabilidad social, económica y ambiental puede irritarlos. En cualquier caso, nadie está a salvo de ser víctima de una catástrofe natural. Por lo tanto, la reducción del riesgo de desastres concierne a todo el mundo, desde los campesinos hasta los jefes de estado, desde los motoconchos hasta los funcionarios, desde los meteorólogos hasta los comunicadores.
La denominación desastre natural hace alusión a las enormes pérdidas materiales y vidas humanas, las cuales son ocasionadas por eventos o fenómenos naturales, como terremotos, inundaciones, tsunamis, deslizamientos de tierra, entre otros.
De acuerdo con la United Nations Office for Disaster Risk Reduction (UNISDR), los desastres no son naturales, sino que son el resultado de las omisiones y la falta de prevención y planificación ante los fenómenos de la naturaleza. Ahora bien mirándolo desde esa perspectiva, los desastres no suelen ser naturales pues mientras que los fenómenos son naturales, los desastres se presentan por la acción del hombre en su entorno. Como lo es el caso de un huracán en la mitad del océano, el cual no es un desastre, a menos que pase por allí alguna embarcación.
Los fenómenos naturales, como la lluvia, terremotos, huracanes o el viento, se convierten en desastres cuando superan un límite de normalidad, medido generalmente a través de un parámetro. Este varía dependiendo del tipo de fenómeno, pudiendo ser el Magnitud de Momento Sísmico (Mw), la escala de Richter, la escala Saffir-Simpson para huracanes, etc.
Por esta razón se ha establecido la celebración de este día, con el fin único de concientizar a los gobiernos y a las personas para que tomen medidas encaminadas a disminuir dichos riesgos, como lo es su prevención y mitigación, e incluir actividades de preparación.
En este mes de octubre se han registrado numerosos desastres en todo el mundo, como es el caso de las diez personas fallecidas producto de las fuertes lluvias en la isla de Mallorca, isla más grande del archipiélago balear, España; producto del terremoto y el tsunami en Indonesia se registraron 2045 muertos y 5,000 desaparecidos; en Haití el pasado sábado se produjeron dos terremotos de 5 grados, del cual resultaron 15 personas muertas y unos 300 heridos.
En consecuencia aprender de los desastres es un compromiso y obligación que nos concierne a todos; cada día miles de familias sufren las consecuencias de estos desastres, por lo que se hace necesario la educación para la prevención, que a su vez hace que la ayuda humanitaria sea más real y efectiva. Es de vital importancia ayudar a impulsar la capacidad para levantarse luego del paso de un desastre.