El 10 de septiembre es el Día mundial para la prevención del suicidio y a propósito del tema, hay que destacar que es alarmante la cantidad de suicidios que se registran en la República Dominicana, una realidad de la que María Trinidad Sánchez no está ajena. Recientemente afectada nueva vez por este flagelo que cada día va en aumento.
En reiteradas ocasiones el ministerio de Salud Pública ha dicho que cuenta con políticas públicas para enfrentar el flagelo del suicidio, fundamentadas en la creación de nuevas unidades de hospitalización en los centros de salud de alto nivel, donde por cierto, no se diagnostica a tiempo el paciente, aunque estas políticas establecen como prioridad la contratación de psicólogos y psiquiatras, además de establecer mecanismos para la capacitación al personal de atención primaria, a pesar de todo esto, sigue en aumento, por lo que entiendo necesario revisar la aplicación de la misma.
Según las estadísticas que publicadas en su portal tiene la Oficina Nacional de Estadística la tasa de suicidios ha ido aumentando de forma vertiginosa y en la misma medida en la que ha ido creciendo la población. Al año 2016 se habría registrado unos 569 casos de suicidios.
Sin embargo, es necesario hacer la salvedad de que, atender este flagelo no es solo responsabilidad del gobierno, sino del Estado en su conjunto, ello implica que la familia como institución también participe del proceso.
Las conductas suicidas son multifactoriales, pero todas están vinculadas a problemas como la depresión, asociadas muchas veces a problemas de salud, discriminación, bullying, consumo nocivo del alcohol, entre otras.
La forma en la que criamos nuestros niños también influye mucho en construcción de conductas tendentes a incrementar estas cifras, tal es el caso de aquellos que son criados por parientes y no sus padres.
Como miembros de una comunidad, hay que también aportar en la intervención de esto casos, no podemos ser apáticos cuando vemos que estos casos pueden presentarse e intervenir y ayudar a encontrar el camino de la ayuda profesional a quienes identificamos como posibles víctimas, pues tus buenos consejos suman.
Acompañar a los seres queridos en sus problemas podría hasta ser la mejor terapia, al igual que mejorar y afianzar valores familiares que permitan fortalecer la integración de la misma.
El flagelo está penetrando y con fuerza en niños y adolescentes, aunque no se registran los casos en las estadísticas.
Reducir significativa el suicidio; es causa de todos.
Por: Dayneris Lopez, comunicadora. Conductora del espacio Naguero Radio